Revista Electrónica de Investigación
Educativa
Vol. 16, Núm. 3, 2014
Redes
sociales en línea y la capacidad de memorización
de los estudiantes universitarios
Gabriel Valerio Ureña (1)
gvalerio@itesm.mx
Tania Leyva Cantúa
(1)
tanialeyva@hotmail.com
Ricardo Caraza Camacho
(1)
rcaraza@itesm.mx
María del Carmen
Rodríguez-Martínez (2)
marrodmar@uma.es
(1) Tecnológico
de Monterrey
(2) Universidad de Málaga
Tecnológico de Monterrey, Centro de Sistemas de Conocimiento
Av. Eugenio Garza Sada 2501 Sur,
Edificio cetec, Torre norte, piso 3, Col. Tecnológico, C.P. 64849
Monterrey, Nuevo León, México
(Recibido: 1 de abril de 2013; Aceptado para su publicación: 22 de julio de 2014)
Resumen
El objetivo principal de esta investigación fue explorar la posible existencia
de alguna relación entre la intensidad de uso de las redes sociales en
línea y la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios.
La investigación, de naturaleza cuantitativa con alcance exploratorio,
fue realizada en una institución de educación superior privada
en México. Los sujetos de estudio fueron 51 estudiantes universitarios
de distintas carreras. Se utilizaron encuestas y pruebas de capacidad de memoria
como herramientas de recolección de datos. Los resultados del estudio
señalan que no hay diferencias significativas entre la intensidad de
uso de las redes sociales, el género, la edad o el área de estudios,
y la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios. Por
lo tanto, este estudio no sostiene la hipótesis de que los estudiantes
que invierten más tiempo en las redes sociales necesariamente tengan
una menor capacidad de memorización.
Palabras clave: Capacidad de memoria, Memoria de textos, Redes sociales
I . Introducción
La incorporación de Internet a la vida cotidiana ha traído grandes
beneficios a la sociedad. Sin embargo, algunos autores señalan que su
intensa inmersión también puede repercutir de forma significativa
en la vida cultural e incluso en la manera de operar del cerebro humano. Según
Small y Vorgan (2009), la explosión actual de la tecnología digital
no sólo está cambiando la forma en que las personas viven y se
comunican, también está alterando rápida y profundamente
nuestro cerebro.
Una de las tecnologías de información que más penetración
ha tenido en la sociedad en los últimos años son las redes sociales.
Estas plataformas sociales han penetrado casi cualquier ámbito de la
sociedad, incluyendo la educación. Existen diversas posturas sobre el
efecto que esta tecnología ha tenido sobre la manera en que actualmente
se vive, se comunica y se aprende. Por un lado se presentan teorías que
exponen los efectos positivos que se derivan del uso del Internet y las redes
sociales. Un ejemplo claro es el llamado Conectivismo, un modelo de aprendizaje
que reconoce al aprendizaje como el proceso de crear conexiones entre los nodos
que componen una red, lo cual coincide con la forma en que las personas socializan
e interactúan a través de las herramientas sociales (McLoughlin
y Lee, 2008). El conectivismo provee una visión sobre las habilidades
de aprendizaje y las tareas necesarias para que los estudiantes tengan éxito
en la era digital (Siemens, 2004). En esta línea, Akyildiz y Argan (2012)
encontraron que los estudiantes universitarios usan Facebook de 15 a 30 minutos
diarios con fines académicos como realización de ejercicios de
clase, diseño de proyectos, trabajos en grupo, tutoría entre compañeros,
por lo que el uso de Facebook, en estos casos, resulta muy útil.
Por otro lado, existen estudios sobre los efectos negativos que podría
presentar el uso de Internet en general y sus aplicaciones, en especial las
redes sociales, que son uno de los espacios más concurridos y en el que
los usuarios suelen invertir varias horas a la semana. Según Farooqi
et al. (2013), después de comenzar a usar Facebook, muchos estudiantes
reconocen que su potencial de trabajo disminuye gradualmente. Incluso reportan
problemas físicos como: dolor de cabeza, problemas de vista y dolores
de espalda. Por su parte, Olson, Liu y Shultz (2012) señalan que el uso
de Facebook no contribuye a la percepción de eficacia personal y que
permanecer conectado con amigos en Facebook no conduce a una mayor satisfacción
percibida en sus vidas.
Más allá de los posibles efectos negativos que puede tener la
intensidad de uso de Internet, y particularmente las redes sociales, algunos
autores sugieren que esto incluso puede estar cambiando estructuralmente nuestro
cerebro. Una de las controversias más importante señala que el
cerebro podría estar sufriendo una adaptación para poder lidiar
con los nuevos retos de la multi-tarea y la concentración. Carr (2010)
argumenta que las últimas tecnologías propician que los usuarios
tengan menor capacidad de pensar profundamente. Según Carr, el cerebro
está diseñado para realizar tareas en paralelo siempre que éstas
sean sencillas, como por ejemplo andar, comer o ver. No obstante, en el momento
de realizar tareas complejas al mismo tiempo (navegar en Internet, ver televisión,
escribir un mensaje de texto o escribir en Twitter), se genera un cuello de
botella y al final estas actividades se ven afectadas por la poca calidad y
concentración que se dedica a cada una de ellas. Si bien es cierto que,
al tiempo que se realizan varias actividades simultáneas, la concentración
para cada una disminuye, cuando se requiere mucho esfuerzo en una sola simplemente
se abandona. Los lapsos cortos de atención derivados de la interacción
rápida son perjudiciales para centrarse en los problemas más difíciles.
Según Carr (2010), cuando se entra en el ambiente digital se promueve
la lectura apresurada, el pensamiento distraído y el aprendizaje superficial.
A pesar de que Internet da fácil acceso a grandes cantidades de información,
está convirtiendo a los usuarios en pensadores menos profundos, literalmente
cambiando la estructura del cerebro (Carr, 2010). Se sabe que el cerebro humano
es muy plástico, las neuronas y las sinapsis cambian a medida que cambian
las circunstancias. Cuando el ser humano se adapta a un nuevo fenómeno
cultural, incluyendo el uso de un nuevo medio, se encuentra con un cerebro diferente
(Merzenich, 2009).
Si la intensidad de uso de Internet verdaderamente está cambiando la
estructura del cerebro, algunas de sus funciones podrían estar siendo
alteradas. Una de las funciones básicas del cerebro es ejecutar el proceso
de memorización. Evidencia circunstancial permite reconocer que con el
uso de redes sociales, como Facebook, muchas de los datos que solían
memorizarse ya no se memorizan, por ejemplo las fechas de cumpleaños
de los amigos, o sus datos de contacto. Ante esta situación surge la
pregunta: ¿Podría estar afectando la intensidad de uso de las
redes sociales en línea la capacidad de memorización?
La memoria es como un gran baúl en el que se van recolectando y depositando
momentos, escenas, personas, palabras, olores, sentimientos, pero el cerebro
no lo hace en un orden determinado. El cerebro no clasifica esos recuerdos para
que sea más fácil cuando sean necesarios recuperarlos. Lo que
se sabe es que no existe un lugar concreto donde se guarde la información,
pero sí existen diferentes zonas, entre ellas el hipocampo y la corteza
prefrontal, donde se llevan a cabo los procesos relacionados a la memoria y
a la función de recordar (Marcus, 2010).
Como señala Portellano (2005), la esencia de la memoria es recordar.
Para lograr esto, la memoria debe ejecutar varios procesos que se pueden dividir
en: 1) adquisición, 2) almacenamiento y 3) recuperación (Ren y
Argote, 2011).
Embarcarse en el proyecto de medir el impacto que pueda estar teniendo la intensidad
de uso de las herramientas tecnológicas, como las redes sociales en línea,
en la estructura cerebral, es mayúsculo. Esta investigación da
sólo un paso pequeño, pero básico, al explorar la siguiente
pregunta general: ¿Existe alguna relación entre la intensidad
de uso de las redes sociales en línea y la capacidad de memorización
de los estudiantes universitarios?
II. Método
Este trabajo busca identificar si existe alguna relación entre la intensidad
de uso de las redes sociales y la capacidad de memorización de los estudiantes
universitarios. La investigación no pretende encontrar si la intensidad
de uso de las redes sociales afecta negativa o positivamente la capacidad de
memorización, sino verificar si se cumple el supuesto de que quienes
utilizan más las redes sociales tienen una menor capacidad de memorización.
Con este fin se diseñó una investigación de carácter
cuantitativo con un alcance exploratorio.
Los participantes de este estudio fueron 51 estudiantes universitarios, 32 mujeres
y 19 hombres con un rango de edad entre los 18 y 28 años. Se tomó
una muestra no probabilística, ya que éstas suponen un procedimiento
de selección informal. El muestreo intencional o por conveniencia se
caracteriza por sujetos disponibles a los cuales se tiene acceso (Hernández
et al., 2007). En el caso de este estudio los estudiantes fueron seleccionados
sin preferencia de género, edad o carrera universitaria. Los estudiantes
tenían las siguientes características: a) alumnos de profesional
o maestría inscritos en el semestre enero-mayo 2012 y agosto-diciembre
2012; y b) miembros activos de redes sociales, específicamente Facebook.
Para cumplir con el objetivo de la investigación, se diseñó
una encuesta y se aplicó una prueba de memoria que cada estudiante tomó
de forma individual. La encuesta, además de los reactivos necesarios
para detectar la intensidad de uso de las redes sociales y el desempeño
académico (calificación promedio acumulada), incluía también
algunos datos de control como el género, edad, carrera universitaria
y semestre en curso de los participantes. Asimismo, se recabó información
sobre las redes sociales en línea que se utilizan, la frecuencia en horas
y los motivos de uso, así como la cantidad de amigos que cada participante
tenía.
Para analizar la capacidad de memoria se decidió utilizar la prueba de
Memoria Verbal de Textos, la cual forma parte del Test Barcelona Revisado (Peña-Casanova,
2005). La versión original de esta prueba consiste en la repetición
verbal inmediata y diferida (a los 5 minutos) de dos textos que se presentan
de forma verbal-auditiva. Para la realización de esta investigación
se decidió hacer una adecuación a la prueba, que consistió
en presentar el estímulo, la lectura del texto, de forma verbal-auditiva
y solicitar la repetición, inmediata y diferida, de forma escrita en
lugar de verbal. Esta adecuación se implementó debido a que el
uso de las redes sociales es de forma escrita. Con esta prueba se pueden medir
las fases de evocación y de reconocimiento de la información presentada
de forma inmediata y diferida. Una vez presentada la historia a memorizar se
realiza la evocación. A continuación se hacen cuestionamientos
sobre los mismos elementos mencionados en los textos, el listado de preguntas
corresponde a cada uno de los fragmentos en que están divididos los textos.
Estas preguntas se usan para la exploración de las diferencias entre
la evocación libre y la evocación mediante índices o fase
de reconocimiento.
2.1 Procedimientos
Las pruebas se llevaron a cabo durante el mes de junio, agosto y septiembre
de 2012 y se realizaron de manera individual. Cada prueba tuvo una duración
aproximada de 30 minutos y se llevó a cabo en distintos lugares dentro
del recinto educativo, principalmente en salas de estudio dentro de biblioteca
y sala de reuniones. Se buscó, de esta manera, realizar la prueba en
un ambiente tranquilo, donde se evitaran, en lo posible, las distracciones,
debido a que la prueba de memoria requería concentración absoluta
y atención. El procedimiento que se siguió para el levantamiento
de datos fue el siguiente:
1. Previo a la prueba
2. Durante la prueba
2.2 Análisis
Para interpretar los datos recopilados a través de la encuesta y la prueba
de memoria de textos, se realizó un análisis descriptivo y un
análisis estadístico.
Para evaluar la capacidad de memorización se siguió una metodología
de puntuación, donde se evaluaban los textos evocados y las preguntas
respondidas, asignándoles un 1, 0.5 ó 0 dependiendo si era exacta,
parafraseada o incompleta, o nula la evocación de los fragmentos y preguntas.
Esta puntuación era vaciada a unas hojas de resultados y al final se
hacía una sumatoria por cada grupo de memoria. Los valores máximos
que podrían obtenerse para cada tipo de memoria son: memoria inmediata
y diferida por evocación 22 puntos; y memoria inmediata y diferida por
reconocimiento 23 puntos.
III. Resultados
Si bien la pregunta general de esta investigación fue: 1) ¿Cómo
se comporta la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios
de acuerdo a la intensidad de uso de las redes sociales en línea?, se
plantearon tres preguntas complementarias: ¿Cómo se comporta la
capacidad de memorización de los estudiantes universitarios de acuerdo
al género?, ¿Cómo se comporta la capacidad de memorización
de los estudiantes universitarios de acuerdo a su edad?, ¿Cómo
se comporta la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios
de acuerdo a su área de estudio?
Es importante señalar que las pruebas estadísticas realizadas
no arrojaron ninguna relación significativa entre ninguna de las variables
estudiadas. Por ello, a continuación sólo se presenta el análisis
descriptivo de cada una de las preguntas planteadas.
1. ¿Cómo se comporta la capacidad de
memorización de los estudiantes universitarios de acuerdo a la intensidad
de uso de las redes sociales en línea? Como puede observarse
en la Tabla I, no existe un patrón marcado entre la capacidad de memorización
de los estudiantes universitarios y las horas que éstos invierten en
Facebook. El valor más alto para el recuerdo inmediato (RI)
en evocación y en reconocimiento lo obtuvieron los estudiantes que invierten
5 horas a la semana en Facebook; el valor más alto para el recuerdo diferido
(RD) en evocación lo obtuvieron los estudiantes
que invierten 3 horas; finalmente, el valor más alto para el recuerdo
diferido en reconocimiento lo obtuvieron los estudiantes que invierten 4 horas.
Por su parte, el valor más bajo para el recuerdo inmediato y recuerdo
diferido en evocación lo obtuvieron los estudiantes que invierten 6 horas
a la semana en Facebook; y el valor más bajo para el recuerdo inmediato
y recuerdo diferido en reconocimiento lo obtuvieron aquellos que invierten 2
horas. De estos resultados se destaca que los alumnos que más horas invierten
en Facebook (6 horas) obtuvieron menores promedios en recuerdo inmediato y recuerdo
diferido para evocación. Sin embargo, destaca también que los
alumnos que invierten menos tiempo en Facebook (2 horas) obtuvieron menores
promedios en recuerdo inmediato y recuerdo diferido para reconocimiento.
Tabla I. Capacidad de memoria por intensidad de uso de Facebook
2. ¿Cómo se comporta la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios de acuerdo al género? En cuanto a la capacidad de memorización por género, la Figura 1 indica que el género masculino obtuvo un promedio similar al femenino en la fase de reconocimiento correspondiente al recuerdo inmediato (16.6). En cambio, en la fase final de reconocimiento (recuerdo diferido), las mujeres tuvieron un promedio ligeramente superior a los hombres (17.1 vs 16.9). Asimismo, en las fases de evocación tanto del recuerdo inmediato como diferido, se puede observar que los hombres tienen promedios ligeramente superiores a las mujeres.
Figura 1. Capacidad de memoria por género
3. ¿Cómo se comporta la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios de acuerdo a su edad? En cuanto a la edad, se aprecia que la capacidad de memorización experimenta cambios de los 18 a los 30 años, sin embargo, no se aprecia un patrón definido. Es decir, no se puede decir que la capacidad de memorización disminuye o aumento a través de los distintos años. En la Figura 2 se aprecia que el participante de 24 años obtuvo los promedios más altos en las pruebas de capacidad de memoria, en las cuatro tipos de memorización. Asimismo, el participante de 29 años obtuvo los promedios más bajos en las pruebas de capacidad de memoria, en las cuatro tipos de memorización. Sin embargo, en ambos caso fue sólo un participante de cada edad.
Figura 2. Capacidad de Memoria por edad
4. ¿Cómo se comporta la capacidad de memorización de los estudiantes universitarios de acuerdo a su área de estudio? La Figura 3 muestra la capacidad de memoria por área de estudio, donde se observa que los ingenieros obtienen valores superiores a los licenciados en las cuatro tipos de memoria. La diferencia más grande es el recuerdo inmediato por evocación, donde los hombre obtuvieron 1.9 puntos más que las mujeres. El tipo de memoria con menor diferencia entre ambos géneros fue la de recuerdo diferido por reconocimiento, donde sólo hubo una diferencia de 0.9 puntos. De los cuatro tipos de memoria, la de recuerdo diferido por reconocimiento tiene el promedio más alto tanto para los estudiantes de Ingeniería (17.6) como para los estudiantes de licenciatura (16.7).
Figura 3. Capacidad de memoria por área de estudio
Finalmente, cabe señalar que en los cuatro gráficos la evocación
tuvo promedios más bajos que el reconocimiento, tanto en la fase de recuerdo
inmediato como diferido.
IV. Conclusión
Los resultados de este estudio no sostiene la hipótesis de que los estudiantes
que invierten más tiempo en las redes sociales necesariamente tengan
una menor capacidad de memorización. Asimismo, no se aprecia que el género,
la edad o el área estén fuertemente relacionados con la capacidad
de memorización. Cabe destacar que los participantes que estudian una
ingeniería obtuvieron mejores resultados en los cuatro tipos de memoria.
Investigaciones previas han encontrado relaciones negativas entre la intensidad
de uso de las redes sociales y aspectos importantes del rendimiento académico,
por ejemplo, Alexander (2012) encontró en su estudio, realizado con 72
estudiantes, una relación negativa entre la intensidad del uso de Facebook
y el rendimiento académico, la constancia y el esfuerzo en conseguir
un objetivo. Por su parte, Olabanji (2011) señala que los estudiantes
indican que, a pesar de que Facebook puede ayudar a comprender mejor los contenidos
explicados, también les causa distracción. Sin embargo, en este
caso no se encontró relación entre la intensidad de uso de las
redes sociales y la capacidad de memorización, que podría ser
considerada como elemento importante para el rendimiento académico.
El resultado de este estudio exploratorio es interesante ya que escritos clásicos
como Google nos está haciendo estúpidos (Carr, 2008), afirman
que habría una relación negativa entre el uso de tecnología
de información (Google en ese caso) y ciertas capacidades cerebrales.
Existen hipótesis sobre los cambios que pueden estar ocurriendo en el
cerebro, específicamente en la memoria, por la alta tendencia a usar
Internet y sus aplicaciones (Carr, 2010). Si bien este estudio siembra la duda
sobre la existencia de una relación negativa entre la intensidad de uso
de las redes sociales y la capacidad de memorización, tampoco contradice
que efectivamente la intensidad de uso de las nuevas tecnologías esté
afectando la capacidad de memorización. Medir el impacto del uso de las
nuevas tecnologías en la capacidad de memorización requeriría
un estudio longitudinal que permitiera conocer a ciencia cierta qué pasa
con la capacidad de memorizar de las personas que se exponen, a lo largo del
tiempo, a dichas tecnologías. Asimismo, dado que el estudio fue de alcance
exploratorio y que los resultados obtenidos pueden estar influidos por el proceso
de aplicación de la prueba y por la modificación realizada a la
misma, se propone un estudio a mayor escala utilizando pruebas distintas para
medir la capacidad de memorización.
Referencias
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Recuperado de http://www.elearnspace.org/Articles/connectivism.htm
Small, G. y Vorgan, G. (2009). El cerebro digital: cómo las nuevas
tecnologías están cambiando nuestra mente. Barcelona: Urano.
Para citar este artículo, le recomendamos el siguiente formato:
Valerio, G., Leyva, T., Caraza, R. y Rodríguez-Martínez, M. C. (2014). Redes sociales en línea y capacidad de memorización de los estudiantes universitarios. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 16(3), 118-128. Recuperado de: http://redie.uabc.mx/vol16no3/contenido-valerio-etal.html