Revista Electrónica de Investigación Educativa
Vol. 5, Núm. 2, 2003
La filosofía de Dewey vista como crítica social
a través de la mirada de Sydney Hook
Obra reseñada:
El primer encuentro de Sydney Hook (1902-1989) con John Dewey (1859-1952) fue en el otoño de 1923. Entonces, Hook era profesor en una escuela pública, estaba recién graduado del College de la ciudad de Nueva York y emprendía estudios de posgrado en la Universidad de Columbia con la tutela de Dewey. En 1927 escribió su tesis doctoral acerca de la Metaphysics of pragmatism, cuando este texto se publicó Dewey escribió el prólogo. Hook estudió (1929) en el Instituto Marx-Engels de Moscú; a su retorno a Estados Unidos publicó el libro Towards the understanding of Karl Marx (1933), en el cual propuso la concurrencia del marxismo y el pragmatismo. En 1933 Sydney Hook, V. F. Claverton, James Rorty y A. J. Muste fundaron el American Workers Party (AWP); sin embargo, Hook abandonó el AWP y colaboró con círculos trotskystas y con el Socialist Party of America. En la década de los cuarenta dio por muerto al marxismo; en la década siguiente atacó al comunismo. En su libro Heresy, yes-conspiracy, no (1953) sugirió la exclusión de maestros y alumnos comunistas de los colegios; no obstante, nunca compartió la lógica de las persecuciones macarthystas. A mediados de los sesenta adoptó posiciones conservadoras en asuntos políticos y educativos. Algunas de las obras de Hook son: From Hegel to Marx (1936), Reason, social myths and democracy (1940), The hero in history. A study in limitation and possibility (1943), Common sense and the fifth amendment (1957), Academic freedom and academic anarchy (1969), Pragmatism and the tragic sense of life (1974), Philosophy and public policy (1980), An unquiet life in the 20th century (autobiografía) (1987), y traducidos al español: Educación para una nueva era (1967), Poder político y libertad personal (1968), Lenguaje y filosofía (1982). Hook mantuvo una estrecha relación intelectual con Dewey; el vínculo alcanzó su máxima expresión en la obra John Dewey. Semblanza intelectual escrita en 1939. El libro permite acercarse al pensamiento de Dewey (que con Charles Sanders Peirce y William James son considerados los progenitores del pragmatismo) a través de la mirada de uno de sus principales discípulos –otros alumnos destacados fueron Moisés Sáenz, William H. Kilpatrick, Jhon L. Childs y George S. Count–; el texto conserva ese sabor a cruzada en la que estaba empeñado el pragmatismo y el liberalismo político en la década de los treinta y, de igual forma, tiene un aire de actualidad porque apela al interlocutor que comparte hoy la fe de Dewey en la filosofía y en la democracia. El propósito del libro es aproximar a los lectores a las ideas filosóficas deweyanas. Hook considera que Dewey no es un filósofo más, sino un intelectual que contribuyó en la construcción de la nación estadounidense debatiendo los problemas claves de esa cultura. Dewey es el filósofo del pensamiento estadounidense por antonomasia; empero, afirma Hook, su condición no es atribuible sólo a la acción de un individuo, más bien es producto de las experiencias de vida. Así el autor muestra, entre otros aspectos, los momentos significativos de la infancia y juventud de Dewey en Vermont, de los cuales, afirma, se alimentó y adquirió hábitos de sencillez y cortesía. De la misma manera resalta los contactos intelectuales de Dewey con G. H. Mead, J. H. Tufts y J. R. Angel, entre otros, en la Universidad de Chicago. Hook sostiene, además, que Dewey no sólo integró las influencias de una sociedad que transitaba de lo rural a lo urbano, sino que él mismo fue una influencia en el proceso de construcción de la sociedad estadounidense; reconoce que la fuerza de las ideas deweyanas estaba en dirigirse al hombre corriente, por lo cual sus convicciones encontraron eco en otras latitudes. Hook sigue los pasos de su maestro. Expone de forma clara las ideas centrales de la perspectiva deweyana; establece qué es la filosofía para Dewey a partir de dos preguntas: ¿en qué ha consistido históricamente la filosofía?, ¿qué muestra un análisis de la filosofía como conducta intelectual? Considera que el alcance de los intereses intelectuales de Dewey hace que su pensamiento –resultado de una construcción sistemática– exprese una filosofía de la vida elaborada dentro de los marcos de la gran tradición estadounidense. Su tarea de filósofo condujo a Dewey a pensar que la crítica de los valores y las creencias eran el tema filosófico por excelencia, ya que juzgaba a la filosofía como una crítica de los métodos de la crítica. La filosofía nos compromete con algunas actividades relacionadas con el mundo y las situaciones que se nos plantean; por tanto, es una valoración de valoraciones que se efectúan en la vida personal y social. Hook plantea que el filósofo es un hombre de ideas; sin embargo, aclara, una idea para Dewey es un plan de acción, tiene una función constructiva; el plan está dirigido a un futuro en por lo menos dos sentidos: como algo por hacer y algo que se espera como resultado de esa acción, todo plan de acción marca la diferencia entre situaciones por resolver y situaciones resueltas. Una idea conlleva un significado, los significados pueden ser comunicados, la comunicación es el curso de una conducta social que produce significados, el instrumento para la comunicación de las ideas es el lenguaje; esta convicción deweyana será replanteada en otro momento por Hook y ha sido cuestionada por algunos neopragmatistas como Richar Rorty (1996). Las ideas como plan de acción, propone Hook, surgen para resolver problemas; en la solución de las dificultades pueden existir varios planes, pero de alguna manera se acepta como verdadero plan aquél que es “más exitoso”. La adecuación de una idea depende de las consecuencias a las que conduce, es decir, la verdad de una idea está determinada por sus causas; lo anterior no es diferente para las proposiciones sobre el pasado, ya que el pasado se convierte en objeto de conocimiento sólo cuando podemos decir algo con respecto a qué presente o a qué futuro ese algo se considera pasado. En la teoría deweyana la investigación experimental –no cientificista– ofrece tres características notables: la primera, implica un hacer externo, una introducción de cambio en el ambiente o en nuestra relación con él; en la segunda, el experimento constituye una actividad dirigida por ideas que han de cumplir las condiciones impuestas por el problema que provoca la investigación activa; la tercera, es el resultado de la actividad dirigida y consiste en nueva situación empírica en la cual los objetos están relacionados de manera diferente, de suerte que las consecuencias de las operaciones dirigidas constituyen los objetos que poseen la propiedad de ser conocidas. Hook reitera que el corazón de la teoría deweyana está en su propuesta de la investigación reflexiva; sin embargo, Rorty (1996) en su texto Objetividad, relativismo y verdad señala que Hook adoptó la idea de aplicar el método científico a toda la cultura colocándolo cercano a los presupuestos positivos y como un antagonista de la filosofía heideggeriana. Las consideraciones de la lógica propuestas por Dewey, afirma Hook, están relacionadas de manera sustantiva con su concepción de cuerpo, mente y conducta. De hecho, Dewey se propone hacer comprensibles esas nociones, ya que para él existe la unidad del organismo humano que en su sentido biológico consiste en la forma en la que todas las partes del cuerpo funcionan en conjunto; empero, el ser humano no es sólo un organismo biológico sino una criatura social, entonces, su funcionamiento está marcado por la relación con los otros en una comunidad. El ser unitario tiene una vida integrada al medio social donde se incorpora con los otros y con las instituciones a partir de una lealtad racional y voluntaria. Lo anterior incide en el pensamiento, éste es conducta y por tanto sus resultados reflejan inevitablemente las situaciones humanas en las que se producen. Así como Hook expone la teoría de la investigación y la conducta humana propuesta por Dewey, enfatiza también la importancia de la perspectiva ética de la postura deweyana que cree en la necesidad de poner a prueba los juicios morales desde un punto de vista científico. Para Dewey la racionalidad del método científico es aplicable al terreno de la moral; para dar fundamento a esta convicción, establece la correspondencia entre fines y medios. Es trascendental someter a la crítica los fines investigando cuáles serían los resultados de usar ciertos medios, porque cuando una acción es inteligente los medios forman parte del fin, de aquí que el objeto de la investigación ética sea la evaluación de las valoraciones para poder decir, a la luz de sus consecuencias, qué valoración es mejor o peor respecto a una necesidad. En otros términos, la elección de nuestro deber tiene vínculos estrechos con la investigación reflexiva porque no hay un bien ni una verdad en general. Señala Hook que la intención de Dewey fue desarrollar una filosofía social que estuviera relacionada directamente con los problemas de todos los días. De hecho Dewey promueve el uso de la inteligencia social organizada frente a los problemas sociales que son conflictos de intereses. Dewey creía en la sociedad democrática que permitiera la oportunidad de consulta, la participación activa y la aceptación voluntaria de pruebas y controles. El principio deweyano de trabajo experimental en el campo de las relaciones sociales confía en que toda política social es una hipótesis que deberá ser sometida a prueba por medio del proceso deliberativo de la sociedad. La filosofía social de Dewey es una filosofía de la educación, afirma Hook. La educación es la transmisión cultural; no sólo refleja el orden social en el cual surgió sino que sirve para criticarlo y orientarlo, debe alentar la pasión por la libertad mediante las artes de la inteligencia y la imaginación. Por ello, la escuela no es la totalidad de la educación sino una parte que se articula con otras actividades institucionales. Los fines de la educación no pueden ser impuestos por los adultos a las nuevas generaciones; deben ser seleccionados a partir de los intereses, las capacidades y las experiencias vitales de los niños, las niñas y los jóvenes; la educación debe tender a crear un entorno de aprendizaje que estimule el uso de la inteligencia mediante la formación de hábitos. La educación representa el mejor medio para descubrir y liberar las aptitudes personales, debe formar a los seres humanos para alcanzar su máximo desarrollo en armonía con sus semejantes. Si el objetivo ideal de la educación es capacitar a los individuos para continuar aprendiendo, la educación es un medio para hacer que los sujetos sean más inteligentes. En las instituciones escolares puede generarse la reconstrucción social mediante una lucha práctica por extender la democracia a través de métodos inteligentes y no sólo por el ejercicio del poder económico o el dogma sagrado. Dewey consideró que al extender la democracia se podría ganar espacio para resolver los problemas humanos, desde una premisa: “la democracia es el camino de la vida”. La esencia del concepto de democracia en Dewey es la igualdad de interés; en una sociedad democrática cada individuo de la comunidad se desarrolla como una persona. Como lo señaló Hook en su libro Educación para una nueva era (1967), la igualdad de intereses no es similar a trato igual. Es compatible con un trato desigual, sólo si éste se requiere por las necesidades del desarrollo intelectual y emocional en cada caso. Hook da particular importancia al texto de Dewey (1949), El arte como experiencia, porque considera que en éste Dewey clarifica sus principales ideas filosóficas. Destaca la importancia que tiene la concepción de experiencia estética, que es una interacción objetiva entre el ser humano y su entorno; de hecho no hay una línea divisoria entre la experiencia práctica o intelectual y la experiencia estética. En cualquiera de las experiencias antes señaladas puede identificarse alguna cualidad predominante mas no una cualidad exclusiva. La actividad es artística cuando el acto provoca el regocijo en su contemplación inmediata; sin embargo, esa cualidad no se produce por una actividad espontánea o no controlada. Para comprender la teoría deweyana debe reconocerse el papel relevante que otorga la experiencia. Hook, en la semblanza intelectual de Dewey, expone que ser humano demanda interacción, significa ser alguien que tiene experiencia. El hombre pone algo de sí mismo en cada experiencia, con su presencia aporta algo para que el mundo sea diferente. La inteligencia humana es creativa y puede ampliar el abanico de experiencias nuevas, estamos rehaciendo el mundo: somos responsables de las posibilidades de cambio. Por último, Hook se pregunta a quién se dirige el discurso de Dewey y responde: a todos aquellos que realizan una actividad productiva, a quienes ven en la libertad intelectual y cultural una inspiración, a quienes desean solucionar los problemas tomando en cuenta los consensos, a quienes confían en que la herencia cultural esté disponible para los jóvenes estadounidenses, a quienes tienen esperanza en lo que puede llegar a ser Estados Unidos. La obra de Hook expone la filosofía que él y Dewey mantuvieron viva para orientar la moralidad política de algunos de los intelectuales estadounidenses, en la década de los treinta. Como humanistas conservaron la fe en la buena sociedad; empero, también pensaban que el potencial de la buena sociedad estaba en su país. En cierto sentido, lo planteaban como un ejemplo histórico; he aquí su límite e identificación con el legado estadounidense. La obra de Hook, John Dewey. Semblanza intelectual, acerca al lector a una época, una filosofía y un espíritu en la perspectiva de la democracia social occidental. Tal aproximación permite el debate de los problemas contemporáneos de interés común.
Hook, S. (1933). Towards the understanding of Karl Marx. Nueva York: Hardcover. Hook, S. (1936). From Hegel to Marx. Studies in the intellectual development of Karl Marx. Nueva York: Reynal & Hitchcock. Hook, S. (1940). Reason, social myths and democracy. Nueva York: John Day. Hook, S. (1943). The hero in history. A study in limitation and possibility. Nueva York: John Day. Dewey, J. (1949). El arte como experiencia. México: Fondo de Cultura Económica. Hook, S. (1953). Heresy, yes-conspiracy, no. Nueva York: John Day. Hook, S. (1957). Common sense and the fifth amendment. Nueva York: Criterion Books. Hook, S. (1967). Educación para una nueva era. Cali: Norma. Hook, S. (1968). Poder político y libertad persona. Estudios críticos sobre la democracia, el comunismo y los derechos civiles. México: Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana. Hook, S. (1969). Academic freedom and academic anarchy. Nueva York: Cowles. Hook, S. (1974). Pragmatism and the tragic sense of life. Nueva York: Basic Books. Hook, S. (1980). Philosophy and public policy. Carbondale and Hook, S. (1982). Lenguaje y filosofía. México: Fondo de Cultura Económica. Hook, S. (1987). An unquiet life in the 20th century. Nueva York: Harper & Row Rorty, R. (1996). Objetividad, relativismo y verdad. Barcelona: Paidós.
1 Fotografía extraída del sitio Hoover Institution Newsletter Online, Stanford University 2 Fotografía extraída del sitioThe Pragmatism Cybrary http://www.pragmatism.org/genealogy/dewey/dewey.htm Para citar este artículo, le recomendamos el siguiente formato:
Torres, R. M. (2003). La filosofía de Dewey vista como crítica social a través de la mirada de Sydney Hook [Reseña del libro: John Dewey. Semblanza intelectual]. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 5 (2). Consultado el día de mes de año en: |