Revista Electrónica de Investigación Educativa
Vol.
16, Núm. 2, 2014
Los vínculos personales en la producción
de tesis doctorales
Laura Colombo
colombolaurama@gmail.com
Instituto de Lingüística, Universidad de Buenos Aires
25 de mayo Núm. 221
1er. piso, C1002ABE
Buenos Aires, Argentina
(Recibido: 4 de marzo de 2013; Aceptado para su publicación: 25 de marzo de 2014)
Resumen
El problema de la baja tasa de graduación en los posgrados se ha relacionado
con las dificultades del trabajo de tesis, dado que éste es un proceso
de “enculturación disciplinar” donde se adquieren los modos
de ser y hacer de cada disciplina, se deben analizar los vínculos de
tesistas con otras personas. Varias investigaciones han indagado los apoyos
ofrecidos por las relaciones del ámbito académico, sin embargo,
han obviado otras esferas. Este trabajo cualitativo, basado en entrevistas en
profundidad, explora la ayuda proveniente de las relaciones sociales del ámbito
personal en el proceso de tesis desde el punto de vista de tesistas y recientes
doctores en Lingüística y Educación. Los resultados indican
que las ayudas emocionales, financieras, económicas y académicas
brindadas por estos vínculos son necesarias pero no suficientes. Se proponen
diferentes estrategias de acompañamiento institucional para facilitar
el proceso de tesis.
Palabras clave: Posgrado, relaciones sociales, apoyo personal, escritura.
I. Introducción
En el mundo, existe a nivel de posgrado una baja tasa de graduación (Barsky
y Dávila, 2004; De la Fare y Lenz, 2012; Jeppesen, Nelson, y Guerrini,
2004), la cual se encuentra relacionada con las dificultades de escritura de
la tesis (Brunner y Ferrada Hurtado, 2011; Carlino, 2005, 2008).
La elaboración de una tesis de posgrado implica más que la mera
adquisición de un conjunto de habilidades escritoras generales y generalizables
(Russell, 1995). Puede conceptualizarse como un proceso en el cual los estudiantes
adquieren los modos de ser y hacer en sus respectivos campos disciplinares (Prior,
1998) y como “novatos” aprenden mediante su participación
en las prácticas sociales de una determinada comunidad (Lave y Wenger,
1991). Esto implica que escribir una tesis no constituye una “internalización”
de un conocimiento objetivo sobre la escritura académica por parte del
sujeto, sino que concierne a un proceso de desarrollo de la identidad escritora
mediante la participación gradual y la transformación de comunidades
de práctica (Colombo, 2012a; Lave y Wenger, 1991).
Al concebir de esta forma la escritura, las investigaciones sobre la adquisición
de las prácticas letradas a nivel de posgrado han otorgado un lugar prominente
a las relaciones sociales (Angelova y Riazantseva, 1999; Caffarella y Barnett,
2000; Casanave, 1995; Colombo, 2011; Ferenz, 2005; Prior, 1998; Seloni, 2011).
Dado que el trabajo de tesis implica plasmar usos del lenguaje en los cuales
se juegan significados sociales y, sobre todo, la identidad de los doctorados
(Barnacle y Mewburn, 2010; Cadman, 1997; Carlino, 2012; Ivanic, 1998), debemos
ver no sólo lo que la gente escribe, sino también lo que hace
en relación con otras personas. En definitiva, es mediante las negociaciones
e interacciones con otros que los doctorandos construyen un repertorio de estrategias
para llevar a cabo en forma exitosa las demandas escriturales a la vez que desarrollan
su identidad académica.
Diversos trabajos internacionales han resaltado la importancia de las relaciones
sociales con respecto a la adquisición de géneros académicos
(Belcher e Hirvela, 2005; Swales, 1990; Tardy, 2006) y el desarrollo de la identidad
en la escritura (Cadman, 1997; Dressen-Hammouda, 2008; Ivanic, 1998; McAlpine
y Amundsen, 2007). Asimismo, se ha puesto de manifiesto el valor de las interacciones
entre pares y el rol central de los profesores y supervisores en el proceso
de adquisición de las prácticas letradas requeridas de los estudiantes
en los cursos de posgrado. (Angelova y Riazantseva, 1999; Caffarella y Barnett,
2000; Casanave, 1995; Colombo, 2011; Ferenz, 2005; Johanson, 2001; Prior, 1998;
Seloni, 2011). La relación social más investigada en cuanto al
manejo de las prácticas de escritura requeridas para los estudios de
posgrado ha sido la de estudiantes con sus profesores y supervisores (Belcher,
1994; Diezmann, 2005; Dysthe, 2002). Sin embargo, la mayoría de estas
indagaciones se han centrado en las relaciones sociales del ámbito académico,
sin focalizar aquellas pertenecientes a otras esferas de la vida de los tesistas
(por ejemplo familiar y laboral).
Dado que los estudiantes de posgrado participan en forma paralela en múltiples
comunidades de práctica y éstas no son homogéneas, el desarrollo
gradual de su identidad académica escritora no se produce en forma aislada
(Casanave, 2002; Prior, 1998). En efecto, estudios de caso realizados con estudiantes
internacionales que realizaban sus doctorados o maestrías en contextos
anglosajones han mostrado que los contextos culturales, laborales y familiares
de los que participan los estudiantes también influyen y son influenciados
por el desarrollo de sus prácticas letradas (Ferenz, 2005; Hawisher,
Selfe, Moraski, y Pearson, 2004; Johanson, 2001; Trice, 2004). Este acotado
cuerpo de investigaciones ha aportado evidencia sobre cómo las relaciones
sociales originadas en ámbitos no académicos también juegan
un rol en el proceso de desarrollo de las prácticas escriturales a nivel
de posgrado. Han marcado el hecho de que las interacciones con los cónyuges
y personas de la esfera personal de los tesistas pueden jugar un papel dual:
a la vez que constituyen un sistema de apoyo pueden también ser generadoras
de estrés e ir en detrimento de la apropiación de las prácticas
de escritura por parte de los estudiantes doctorales (Deem y Brehony, 2000;
Ferenz, 2005; Johanson, 2001; Trice, 2004).
Si bien estas investigaciones muestran el inicio de un proceso de reflexión
donde las prácticas de escritura del posgrado se relacionan con otras
esferas de la vida de los estudiantes, este tipo de indagaciones aún
escasean, especialmente en el ámbito latinoamericano (Carlino, 2004a;
Martín Torres, 2012). El objetivo de este trabajo, entonces, es explorar
si las relaciones sociales del ámbito personal (opuestas a aquellas del
académico y laboral) pueden influir en forma positiva el proceso de llevar
adelante y escribir una tesis en programas de posgrado argentinos.
II. Metodología
Este estudio exploratorio se basó en una muestra de conveniencia (Creswell,
2007) de 20 estudiantes doctorales y recien graduados de diferentes programas
ofrecidos por universidades públicas y privadas del área metropolitana
de Buenos Aires, Argentina. 7 de los participantes pertenecían al área
Lingüística y 13 a la de Educación. Su edad promedio era
de 38 años. La mayoría eran mujeres (13 de 20) y de los 7 hombres,
2 eran doctorandos en Lingüística. Casi todos los participantes
del área de Educación tenían estudios de maestría,
no así los de Lingüística. Finalmente, tres cuartas partes
(15 de 20) contaron con becas parciales o totales para financiar sus estudios.
Se realizaron entrevistas en profundidad que indagaron el punto de vista de
los participantes en cuanto a su proceso de tesis, las dificultades encontradas,
el rol de la escritura y las personas que influyeron dicho proceso. La mayoría
de las preguntas fueron abiertas y se utilizaron preguntas prueba para ampliar
y clarificar la información recolectada (Lofland, Snow, Anderson y Lofland,
2006). Las transcripciones de las entrevistas se complementaron con datos hallados
en documentos y espacios virtuales relativos a la estructura curricular y normativas
institucionales de los programas de posgrado, incluyendo pautas de elaboración
de la tesis doctoral.
Para el análisis, desde un enfoque interactivo para la investigación
cualitativa (Maxwell, 1996) se siguió una estrategia de categorización
y contextualización (Maxwell y Miller, 2008) y se combinaron procesos
inductivos y deductivos. Se partió de categorías y preguntas emanadas
de la revisión de la literatura, las cuales se reformularon progresivamente
al interactuar con el material empírico. Luego de una primera codificación
abierta realizada en base a lecturas recurrentes de los materiales, se identificaron
actores y acciones calificadas como influyentes para el proceso de tesis. Estas
categorías se refinaron y se obtuvieron códigos más generales
y abstractos basados en los tipos de relaciones y su influencia en el proceso
de tesis. A su vez, se analizaron las relaciones entre códigos y categorías
para poder identificar patrones emanados de los datos (Miles y Huberman, 1994).
Este proceso de análisis progresó por medio de ciclos en los que
la inclusión de este proyecto dentro del grupo de investigación
pluridisciplinar GICEOLEM (Grupo para la Inclusión
y Calidad Educativas a través de Ocuparnos de la Lectura y la Escritura
en todas las Materias https://sites.google.com/site/giceolem2010/),
permitió discutir grupalmente códigos asignados y establecer acuerdos
inter-jueces respecto de las categorías desarrolladas, lo que a su vez
contribuyó a la fiabilidad y validez del estudio (Maxwell, 1992).
III. Análisis y resultados
Al analizar las entrevistas se identificó
que las relaciones sociales del ámbito personal que influencian el proceso
de tesis pueden tanto facilitarlo como dificultarlo. Por tanto, se les categorizó
en base a su valencia1
positiva o negativa, la cual es dinámica y circunstancial.2
En este trabajo exploramos los vínculos del ámbito personal con
valencia positiva (que facilitan el proceso de tesis) y detallamos los diferentes
tipos de ayudas que brindan.
Durante las entrevistas, la gran mayoría de los doctorandos (19 de 20)
declaró que las relaciones sociales de su ámbito personal influían
de manera positiva su proceso de tesis. Más de la mitad (16 de 20) expresó
poder llevar adelante o finalizar sus estudios de posgrado gracias al apoyo
de sus familias. De éstos, todos mencionaron a uno o ambos de sus progenitores
y todos los que eran padres (7), a sus hijos. También, la mayoría
indicó recibir ayuda de sus actuales o pasadas parejas y de amigos. De
los 20 entrevistados, 10 nombraron la ayuda de terapeutas (psicólogo,
analista, maestro espiritual). Estos vínculos con valencia positiva influenciaron
el proceso de tesis mediante acciones que brindaban diferentes tipos de apoyo:
académico, económico y emocional, los cuales detallamos a continuación:
Apoyo académico. Generalmente los doctorandos obtienen
ayuda académica de los vínculos establecidos en el ámbito
académico (Colombo, 2011, 2012a; Dysthe, 2002; Prior, 1998). Sin embargo,
según la mitad de nuestros entrevistados (10 de 20), las relaciones sociales
de su esfera familiar también brindaron este tipo de apoyo en el proceso
de escritura de su tesis, principalmente mediante la lectura de borradores.
A modo de ejemplo, Ana dijo tener como principales lectores de su tesis de maestría
a su padre y a su ex novio. Este último, un estudiante de Letras, hizo
la “corrección de estilo” de su tesis de maestría
y la “ayudó mucho a aprender a escribir” porque le “dejó
la enseñanza” para cuando tuvo que escribir la tesis de doctorado.
A su vez, su padre leyó y corrigió ambas tesis. Ana comentó
que tener lectores ajenos al campo de su especialización fue de suma
importancia, ya que contribuyó a que su redacción fuera clara:
Claro, porque bueno, Dorrego [director de tesis]3 y Arias [codirectora de tesis], también leyeron mucho, todos leyeron mucho mi tesis, pero ellos sabían de lo que estaba hablando yo y habían leído un montón de trabajos anteriores, pero lo que a mí me ayudó mucho que tanto mi papá como eh, este chico [ex-novio], no sabían el tema específico [de su tesis], entonces, es como que yo tenía que explicarlo tan claro como para que lo entendieran incluso ellos que no sabían nada de nada. Y me iban diciendo si se entendían los párrafos… porque viste, cuando uno está acostumbrado a leer un tema lee automático y por ahí no te das cuenta que en realidad no se está entendiendo nada, ¿viste? Eh, y después bueno, en la tesis de doctorado, mi papá hizo exactamente lo mismo.
De manera similar, Julieta comentó que su madre (profesora de yoga)
y su marido (ingeniero) leyeron el borrador final de su tesis doctoral y lo
corrigieron. Las devoluciones de su marido le fueron de suma utilidad porque
le “marcaba cosas que no tenían que ver con que faltaba una “s”
o faltaba una letra, sino porque no se entendían”. Esto, según
ella, “estaba buenísimo” porque además de indicarle
cuando no entendía lo que “quería decir”, “era
la primera vez que tenía un lector que no era Bernardo”, su director
de tesis.
Por su parte, Ariel y Flavia mencionaron que planeaban dar a leer partes, o
su tesis entera, a sus parejas. Ariel creyó que su esposa podía
brindarle aportes interesantes ya que tenía “una mirada que no
está muy metida adentro” del tema de su tesis. A su vez, la madre
y el novio de Carmen leyeron su tesis. Para ella, los comentarios de este último,
quien “no tenía nada que ver con educación” (su campo
disciplinar), le servían para constatar si el texto se entendía
o no. Por otro lado, su madre, quien “es docente y entiende de educación”
(su campo disciplinar) hacía “correcciones de escritura”
de su texto, lo cual “era bárbaro también”. En la
misma línea, Amalia relató que el aporte de su exmarido la ayudó
a armar su proyecto de tesis brindándole una “lectura más
conceptual en términos filosóficos” de los conceptos lingüísticos
que ella utilizaba.
En resumen, según los entrevistados, los comentarios y devoluciones hechos
por personas de su ámbito personal resultaban útiles así
éstas estuvieran o no familiarizadas con el tema de tesis. Mientras los
entendidos contribuían a constatar la solidez conceptual y del contenido
del escrito, aquéllos que desconocían el tema o campo disciplinar
de la tesis aportaban correcciones en cuanto a cuestiones de redacción
y claridad del escrito. Esto último se relaciona con lo que Shaw (1991)
ha calificado como la “naturaleza pseudo-comunicativa” (p. 194)
de la tesis que demanda explicar contenidos a una audiencia experta (por ejemplo,
autores reconocidos en su especialidad) y a la vez informar a una audiencia
no especialista (por ejemplo, miembros del comité evaluador de la tesis,
que no especialistas en el tema). De esta manera, los lectores-prueba ajenos
al ámbito académico facilitan a los tesistas las posibles interpretaciones
del texto de una audiencia no especialista.
En definitiva, ya fuere por sus aportes en cuanto a la solidez conceptual o
a la claridad del texto, las relaciones sociales del ámbito familiar
parecen brindar a los tesistas una ayuda que, debido principalmente a la falta
de dispositivos institucionales equivalentes (Carlino, 2008) no resulta de fácil
acceso: lectores-prueba dispuestos a compartir impresiones e interpretaciones
del texto que permitan mejorarlo.
Apoyo financiero. Los estudios doctorales requieren una gran cantidad
de tiempo y en la Argentina, mientras las carreras de grado son gratuitas a
nivel de grado en las universidades públicas, los estudios de posgrado
son arancelados en universidades públicas y privadas (De la Fare y Lenz,
2012). Por lo tanto, el apoyo financiero puede definir la finalización
de tesis tanto al posibilitar que los estudiantes disminuyan sus horas de trabajo
rentado como al cubrir el coste de sus estudios.
Si bien pocos entrevistados recibieron en algún momento dinero de sus
familiares y parejas para cubrir gastos de estudios, las categorías que
integran este tipo de ayuda aparecieron en forma recurrente en el análisis
de las entrevistas. En efecto, la mayoría de los participantes (17 de
20) mencionaron esfuerzos realizados en pos de cubrir los gastos de estudios
o recibir becas. 4 de los 20 participantes mencionaron haber recibido en algún
momento dinero de sus padres para cubrir los gastos originados por los estudios.
En la cita siguiente se observa cómo Martina, poseedora de una beca de
un organismo nacional al momento de la entrevista, recibió este tipo
de ayuda al iniciar su maestría:
Y mis padres siempre apoyaron el, la carrera académica, ¿no? Tanto simbólica como materialmente en muchos momentos, cuando no tenía beca, por ejemplo, los primeros años de la maestría. Me ayudaron económicamente a pagar la maestría, sí.
El impacto que la ayuda financiera directa o indirecta (por ejemplo, dinero
para gastos diarios) puede tener sobre los estudios de posgrado y, consecuentemente,
sobre el proceso de tesis se refuerza en el caso contrario relatado por Amalia.
Según ella, la muerte de su madre y la subsecuente falta de apoyo financiero
la llevaron a tomar un trabajo de tiempo completo en un organismo estatal. Esta
situación, según la entrevistada, definió un nuevo rumbo
para su carrera académica ya que sus estudios de grado se ralentizaron
al tener menos disponibilidad horaria y su trabajo de tiempo completo le clausuró
la posibilidad de postularse a becas públicas porque “en ese momento
vos no podías tener dos cargos públicos, era incompatible”.
Años más tarde, cuando se casa por segunda vez, la ayuda financiera
de su marido le permite renunciar a su trabajo y finalizar, luego de 12 años,
su doctorado: “Me casé, me junté, y en ese momento el polaco
[su marido] me dijo, ‘mirá, si querés yo te banco este año
y fijate si podés terminar el doctorado”.
Cabe resaltar que todos los entrevistados que mencionaron recibir ayuda financiera
de padres y parejas también nombraron la brindada por organismos estatales
o privados: las becas. Ya fuera porque necesitaron ayuda antes de obtenerlas
o porque nunca tuvieron oportunidad de acceder a una.
En suma, la ayuda financiera proveniente del ámbito personal de los entrevistados
parece facilitar el acceso, consecución y finalización de los
estudios doctorales así como habilitar a los doctorandos a dedicar un
tiempo razonable al trabajo de tesis, sobre todo ante la ausencia de apoyo monetario
proveniente del ámbito académico.
Apoyo económico. Tomamos de los estudios
feministas basados en el uso del tiempo4
el vocablo “económico” para caracterizar a este tipo de apoyo.
Este marco de análisis conceptualiza las tareas domésticas, de
alimentación, y de cuidado de personas como constituyentes de labores
realizadas comúnmente por mujeres, no remuneradas e invisibilizadas:
el trabajo familiar doméstico (Carrasco y Domínguez, 2003). Así,
se rechaza la idea de que todo tiempo no invertido en el mercado laboral es
tiempo libre. Por tanto, definimos apoyo económico a aquel que apunta
al relevo de los tesistas en cuanto a tareas del trabajo familiar doméstico
y, entonces, facilita el proceso de tesis al otorgar tiempo para llevarlo a
cabo.
La ayuda económica en cuanto al cuidado de menores surgió en 6
de las 7 entrevistas con tesistas y recientes doctores con hijos. Por ejemplo,
Julieta y Amalia contaron con la ayuda de su marido y ex marido, respectivamente,
como ilustra el comentario de Amalia:
Y en ese momento [mientras armaba el proyecto de tesis para presentar en su programa de doctorado] mi ex marido me ayuda sobre todo con el cuidado de los chicos para poder armar todo.
Por su parte, Ariel comentó que iba a la casa de su madre para escribir
la tesis, mientras ella cuidaba a su hijo y preparaba la comida, lo cual le
permitía “encerrarse” y escribir: “Yo ahora estoy escribiendo
la tesis en la casa de mi vieja [madre]. Voy con el gordo [el hijo] a cuestas
(se ríe), con mi hijito y le digo ‘mamá cuidame a Daniel’
y escribo allá (…)”.
Los entrevistados que mencionaron recibir apoyo en cuanto al cuidado de menores
lo hicieron al hablar de los momentos en que su trabajo de escritura se intensificó
y no cuando relataban otras actividades del trabajo de tesis que podían
realizar de manera simultánea con las del trabajo familiar doméstico.
Por ejemplo, Julieta declaró que se “ponía a analizar [su
corpus de investigación] en los 45 minutos de la clase de natación”
de su hija, por lo que simultáneamente realizaba trabajo familiar doméstico
y la tesis. Sin embargo, mientras redactaba los capítulos de su tesis,
era su marido quien cuidaba de su hija.
A su vez, 10 de los 20 entrevistados dijeron recibir apoyo en cuanto a tareas
domésticas y de alimentación, declarando que padres o parejas
realizaban actividades tales como limpiar la casa, hacer las compras y preparar
la comida, dando lugar a que ellos dedicaran tiempo a su tesis, como lo expresa
Flavia:
Y después, bueno, mi mamá también me apoya un montón, (…) me ayuda con cosas que yo no tengo tiempo y estoy como… me hace la comida, (se ríe) para mí eso…
¿Te abre espacios para que vos trabajes? Sí.
En resumen, las relaciones del ámbito familiar brindan a los tesistas
ayudas económicas que los liberan de tareas domésticas, de alimentación
y de cuidado de menores y esto permite dedicar tiempo a la tesis, posibilitando
su culminación.
Apoyo emocional. La escritura de una tesis además de
imponer desafíos conceptuales, metodológicos y escriturales implica
lidiar con las ansiedades y tensiones que la gradual participación y
exposición de los tesistas en determinada comunidad disciplinar acarrea
(Carlino, 2012). La ayuda emocional proveniente del ámbito personal cobra
importancia para los tesistas, tan es así que 18 de los 20 entrevistados
declararon que su familia los contuvo y los alentó en forma constante
a seguir con sus tesis, como ilustra la siguiente cita:
Y después de un tiempo a esta parte, bueno, mi familia, fundamental. El polaco [marido], los chicos [hijos].
¿Cómo pensás que ayudaron con lo de la tesis?
Por contención afectiva. O sea, es como que ellos saben. Y ahora el Piqui [su hijo menor] también. Contención afectiva para mí, y eso, la de seguir adelante (…) seguir adelante. No abandonar.
Las parejas de los entrevistados, además de acompañar el proceso de tesis de manera sostenida, parecen otorgar contención en momentos puntuales de frustración y agobio con la tesis. Por ejemplo, Ariel declaró compartir con su mujer el malhumor generado por su investigación dado que ella puede “bancar” su “locura”, es decir, tolerarlo. En cambio, en su ámbito académico dice necesitar “caretear”5 la situación, por lo que oculta sus frustraciones. Por su parte, Carmen dijo hablar de su tesis con su pareja, a quien conoció mientras cursaba el doctorado. De hecho, según relató, su elección de pareja fue “en función” de sus estudios de posgrado, ya que “no iba a tener una pareja con la que no iba a hablar de la tesis”. De similar manera, Flavia comentó encontrar bienestar al poder hablar de su investigación con su novio, ya que la contenía cuando sentía angustia por tener que escribir:
Qué sé yo, con tu novio, con tu pareja tenés que poder hablar.
¿Por qué? Porque a veces estás muy angustiada, y te pasan cosas y necesitás intercambiar con el otro.
Las ayudas emocionales del ámbito personal de los tesistas no siempre
están directamente asociadas con el trabajo de tesis. Varios entrevistados
expresaron que personas que sabían poco o nada de sus investigaciones
igualmente les brindaban apoyo para terminarlas. Por ejemplo, Lucía dijo
no “discutir del tema” con su familia y que desconocen qué
es lo que ella investiga, pero ella siente que “comparten sentimiento”
por su proceso de tesis. Carmen declaró que sus padres, hermanos, hijos
y pareja la “acompañaron” de manera constante. Resulta interesante
que a pesar de que sus hijos “nunca se enteraron que estaba haciendo una
tesis de doctorado”, ella sentía que le brindaron apoyo al aceptar
que su “vida girara en gran parte alrededor de la tesis”.
Al parecer, el desconocimiento del proceso de tesis por parte de otros no reduce
el apoyo emocional que los entrevistados perciben obtener de ellos. Efectivamente,
esta separación del ámbito personal del académico y laboral,
lejos de constituir una desventaja, parece ser beneficiosa. Tomás calificó
como “saludable” mantener vínculos y espacios sociales no
involucrados con su trabajo de tesis, ya que para él era “central
poder tener un momento de distracción, de poder tomar una cerveza, de
poder ir a un lugar y donde no hablar de esto [la tesis]”. Ana mencionó
que con sus amigas podía desahogarse a pesar de que no entendían
cómo funcionan las cosas en su ámbito académico. De hecho,
ninguna persona de su ámbito personal fue a la defensa de su tesis de
maestría o doctorado porque ella, en el ámbito académico,
“no es la misma persona”.
Otros entrevistados dijeron necesitar “resguardar la vida personal”
(Lucía), “diferenciar el ámbito académico del de
la vida” (Ariel), “construir lo académico como un trabajo”
(Amalia), “pensar la tesis como un trabajo” y “dividir actividades”
(Esteban). El hecho de que la mayoría considere sano o decidan conscientemente
separar la esfera personal puede sugerir que ésta es una estrategia efectiva
para evitar la “saturación”, el “hastío”
o la “intranquilidad” que experimentan la mayoría de los
tesistas (Carlino, 2005) sin dejar de disponer del apoyo emocional de su ámbito
personal.
Otro vínculo positivo para el proceso de tesis, según 10 de los
20 participantes, es aquel establecido con terapeutas (por ejemplo, psicólogos,
analistas o personas que ofrecen terapias alternativas). Julieta declaró
que cuando la tesis empezó “a ocupar un lugar en el análisis”,
se dio cuenta de que debía hacer esfuerzos concretos para terminarla.
Su terapeuta la “ayudó muchísimo” y le brindó
“mucha contención”. De manera similar, Amalia encontró
“sostén” en las terapias individual y grupal a las que concurría,
gracias a lo que pudo “enfrentar el cambio” de dejar su puesto laboral
y construir su proyecto de tesis como un trabajo, paso que fue clave para finalizarla.
A su vez, Martina y Ariel mencionaron discutir con sus terapeutas las tensiones
entre el oficio de investigador y otras esferas de su vida. Mientras con la
ayuda de su maestro espiritual Martina había encontrado en su tesis de
maestría “un camino de aprendizaje” para articular “el
mundo académico y el mundo del yoga y la meditación”; Ariel
aún trabajaba estas tensiones en su terapia, sin haber decidido si su
futuro laboral iba a estar ligado con la investigación o no. De manera
similar, Carmen consultó un psicólogo para definir “si valía
la pena o no” terminar la tesis, ya que “ese último esfuerzo
era demasiado significativo” y no encontraba un “correlato”
con su puesto laboral. Al momento de la entrevista, este conflicto o tensión
seguían presentes pero su tesis doctoral había sido defendida
y aprobada.
A pesar de que finalizar la tesis implica, por lo general, una suerte de rito
de pasaje hacia una determinada cultura de investigación (Carlino, 2005)
y el preámbulo de una carrera en el ámbito académico; de
los cuatro doctores entrevistados, una persona en cada área disciplinar
indicó lo contrario. En el caso de Julieta la tesis marcó el afianzamiento
o “coronación” de una trayectoria ya forjada en el ámbito
académico e investigativo. En el caso de Carmen, el doctorado no marcó
el principio de su carrera académica ya que fue como si ella “no
existiera en el mundo académico, como si no perteneciera”. Esto,
explica, se debe a que en su ámbito laboral “no hay espacio para
planteos de trabajo de investigación”, situación que la
hace sentir que el doctorado fue “un capricho”.
Así, la ayuda emocional proporcionada por los terapeutas se asocia, por
un lado, con las frustraciones y ansiedades que los doctorandos suelen experimentar
al llevar adelante un proyecto de significativas dimensiones como la tesis (Carlino,
2012). Por el otro, este apoyo se relaciona también con cuestiones identitarias
ligadas al lugar de la investigación en la vida de los tesistas, su elección
de carrera y su futuro laboral.
En suma, el análisis de los datos muestra que las ayudas de tipo emocional
brindadas por los vínculos del ámbito personal de los tesistas
no siempre están directamente relacionadas con la tarea de tesis. De
hecho, la separación del ámbito personal parece ser una estrategia
clave para mantener un balance saludable y evitar el hastío que puede
implicar el proceso de tesis. Mientras los vínculos familiares claramente
brindan apoyo emocional tanto en momentos puntuales como a lo largo del proceso;
los terapeutas, además, brindan un espacio para discutir y reflexionar
sobre la carrera académica de los tesistas y su futuro laboral.
IV. Discusión y conclusión
Llevar adelante una investigación doctoral afecta de manera significativa
la vida de los tesistas, ya que conlleva un cambio identitario inherente al
proceso de participación gradual de los doctorandos en la comunidad disciplinar
de práctica en la cual inscriben su tesis (Colombo, 2012a). Este proceso
demanda asumir múltiples y emergentes posicionamientos subjetivos (Barnacle
y Mewburn, 2010), lo que impacta no sólo la identidad profesional y académica
de los tesistas sino también reviste cuestiones de vida. En efecto, nuestros
datos muestran que las relaciones sociales establecidas con actores fuera del
ámbito académico también juegan un rol fundamental a la
hora de llevar adelante el trabajo de tesis.
Como muestran los resultados, las relaciones del ámbito personal de los
tesistas pueden brindar apoyo académico al colaborar con la lectura de
borradores. En línea con investigaciones anteriores (Johanson, 2001)
encontramos que los lectores-prueba del ámbito personal pueden ofrecer
un espacio de discusión en cuanto a la solidez conceptual o claridad
del texto para poder mejorar los sucesivos borradores de la tesis. Si tenemos
en cuenta lo que Hidalgo y Pasarella (2009) plantean con respecto a que los
estudiantes reclaman un mayor “núcleo de pertenencia académica”
(p. 3) en sus programas, podemos inferir que este tipo de ayuda surge, principalmente,
ante la ausencia de dispositivos institucionales que brinden este tipo de apoyo
relacionado en forma directa con el proceso de escritura de las tesis.
A la vez, las relaciones sociales del ámbito personal facilitarían
un apoyo financiero que, especialmente ante la ausencia de becas del ámbito
académico, puede definir la consecución de los estudios de posgrado.
Otro factor que ha sido identificado como importante para la culminación
de los estudios de posgrado es el tiempo disponible de los tesistas, especialmente
el de aquellos que no son estudiantes de tiempo completo (Evans, 2007). Al respecto,
la ayuda económica brindada por los vínculos del ámbito
personal en forma de relevo de los tesistas en tareas domésticas, de
alimentación y cuidado de menores, facilita el trabajo de tesis al conceder
tiempo para llevarlo adelante.
Asimismo, en forma congruente con otras investigaciones (Aitchison y Mowbray,
2013; Carlino, 2012; Conrad, 2007; Ferenz, 2005) nuestros resultados indican
la importancia del apoyo emocional en el proceso de producción de una
tesis. Según nuestros entrevistados, familiares, parejas y terapeutas,
quienes no necesariamente están involucrados en forma directa con el
proceso de tesis, brindan ayudas puntuales en momentos de frustración
o estrés. Al respecto, la separación del mundo personal del académico
parece propiciar una suerte de “oasis” al cual los tesistas recurren
en momentos de saturación con su trabajo de tesis, punto álgido
de la formación en investigación. Además, estos vínculos
parecen otorgar un acompañamiento emocional y terapéutico sostenido
al brindar espacios para la reflexión sobre el futuro profesional y académico
de los doctorandos y la disminución de las ansiedades y tensiones generadas
por su gradual participación en una comunidad disciplinar.
Si bien las ayudas del ámbito personal son necesarias, creemos que éstas
no son suficientes. De hecho, si consideramos estos resultados como indicadores
de las necesidades de los tesistas, pueden servir para desarrollar iniciativas
en el ámbito institucional que faciliten el proceso de tesis a fin de
aumentar las tasas de finalización de los programas doctorales. Otros
trabajos (Carlino, 2012; Conrad, 2007) han marcado la importancia de la ayuda
emocional brindada a los tesistas en seminarios de posgrado. Estas iniciativas
no debieran correr por cuenta del docente, sino contar con un explícito
apoyo institucional. A este respecto, los programas de posgrado podrían
impulsar la formación de grupos de reflexión en los que se analice
la experiencia de “ser tesistas” y se socialicen situaciones de
temor y frustración ayudando así a enfrentarlas. En cuanto a la
ayuda académica, además de organizar y respaldar las prácticas
de supervisión (Carlino, 2003; 2004b), las instituciones podrían
impulsar la implementación de grupos de escritura a nivel de posgrado,
los cuales han probado ser efectivos para el avance de tesis doctorales (Aitchison,
2009; Aitchison y Lee, 2006; Carlino, 2012; Colombo, 2012b).
Creemos fervientemente que investigación y escritura son dos procesos
inseparables y que, sin duda, se aprende a hacer investigación haciendo,
y se aprende a escribir escribiendo. Si este hacer es efectivamente acompañado
por acciones pedagógicas con el necesario respaldo institucional, este
proceso puede potenciarse, facilitarse y por lo tanto, evitar derroteros o trayectorias
truncas.
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1
Definimos “valencia” como la influencia positiva o negativa sobre
la tesis atribuida en determinado momento a interacciones con determinada persona.
2
Esto implica que un vínculo que en un momento del proceso de la tesis
presenta valencia negativa por dificultarlo, puede luego facilitarlo, pasando
así a adquirir una valencia positiva; y viceversa.
3
En los fragmentos transcritos se señala mediante corchetes “[ ]”
la inclusión de aclaraciones pertinentes para que se comprenda el discurso.
Los puntos suspensivos entre paréntesis “(…)” indican
que cierta parte del discurso fue elidida. Las palabras de la entrevistadora
se distinguen mediante el uso de las negritas. En los paréntesis al final
de cada fragmento se indica el seudónimo de la persona entrevistada.
4Si
bien va más allá del objetivo de esta investigación el
análisis de los usos del tiempo según el género de los
entrevistados, tomamos los planteos de esta corriente para conceptualizar la
ayuda relacionada con el trabajo de la esfera familiar-doméstica.
5
Expresión coloquial que refiere a actuar con falsedad, aparentando lo
que uno no es.
Para citar este artículo,
le recomendamos el siguiente formato:
Colombo, L. (2014). Apoyos personales en la producción de tesis doctorales.
Revista Electrónica de Investigación Educativa, 16(2),
81-96. Recuperado de http://redie.uabc.mx/vol16no2/contenido-colombo.html