Revista Electrónica de Investigación Educativa
Vol. 4, Núm. 2, 2002
Influencia de la edad y de la escolaridad
en el desarrollo del juicio moral
Bonifacio Barba Casillas
jbbarba@correo.uaa.mx
Departamento de Educación
Universidad Autónoma de Aguascalientes
Ave. Universidad 940, 20100
Aguascalientes, Aguascalientes, México
(Recibido: 5 de marzo de 2002; aceptado para su publicación: 4 de julio de 2002)
Se presenta la evaluación del desarrollo moral de 111 profesionales de los cuales 84 laboran en educación básica. Se aplicó el Defining Issues Test de J. Rest y se valoraron las diferencias de medias con la prueba t (alfa = 0.05) y se hizo un análisis de regresión. Palabras clave:
El interés por el comportamiento ético y el desarrollo moral de las personas se manifiesta de manera creciente en diversos ámbitos de la esfera social. Entre ellos, se ha resaltado con mucha frecuencia el carácter moral de la educación y la necesidad de que la institución escolar promueva más eficazmente la educación moral o la formación de determinados valores en los alumnos de todos los niveles educativos. En general, en la acción educativa se ha puesto mayor atención al desarrollo moral y a la formación de valores de los estudiantes; en México hay pocos trabajos sobre los profesores.1 En este texto se presenta la información sobre el desarrollo del juicio moral de un conjunto de personas adultas, la mayoría -es decir, 77% del total-docente de educación básica en activo. Los objetivos del trabajo son tres: primero, evaluar los niveles de desarrollo del juicio moral de varios grupos de personas adultas; segundo, comparar el desarrollo del juicio moral entre los grupos de adultos, en función de algunas variables; tercero, comparar el desarrollo del juicio moral de los sujetos adultos y el grupo de estudiantes de secundaria y de bachillerato.2 La información se recopiló mediante la integración de grupos de adultos por sus actividades académicas formales, en circunstancias que adelante se especifican. La comparación del desarrollo del juicio moral de los adultos frente a los estudiantes de secundaria y bachillerato se hizo con información, de estos últimos, derivada de otro trabajo (Barba, 2001).3 Si bien el grupo de adultos es más pequeño que los de secundaria y bachillerato la oportunidad de comparar los perfiles de desarrollo moral es relevante y permite observar ciertos rasgos de interés. El valor del trabajo radica, pues, en ocuparse de una cuestión relevante como es el conocimiento sobre el desarrollo del juicio moral de grupos de adultos de diversa edad y escolaridad, variables de particular significación en el enfoque cognitivo-evolutivo de la moralidad por estar asociadas al crecimiento moral de las personas (Rest, 1994, p.15; 1990, p.6; Rest, Narvaez, Bebeau y Thoma, 1999, p.116).
Fundamentos y método del estudio
El trabajo se realizó en los lugares donde los diversos grupos de personas llevaban a cabo las actividades académicas de su programa de estudios. Al momento de reunir la información cada grupo estaba iniciando o tenía un determinado grado de avance en un programa de formación académica. La situación particular de los grupos era la siguiente: dos grupos integrados por profesores y profesoras de educación primaria cursaban la parte final de una maestría en educación; otros dos grupos formados sobre todo por educadoras, cursaban un diplomado en educación para la paz y los derechos humanos con un avance de la mitad del currículo; un grupo de profesionales no docentes cursaba una especialidad en educación para los derechos humanos con un avance del 50% del currículo; un grupo de maestros y maestras de secundaria iniciaba un diplomado sobre la educación moral en la escuela; finalmente, un grupo de personas no dedicadas al trabajo educativo cursaba la carrera de Técnico Superior en Policía Preventiva con un avance de dos tercios del currículo. El total de sujetos que participaron en la evaluación fue de 111 y en función de los objetivos del trabajo se agruparon de la manera siguiente: Tabla I. Grupos de profesionales Se aplicó a los grupos la prueba de definición de criterios (Defining Issues Test, diseñado por James Rest) en su versión de seis historias.4 Esta prueba evalúa los niveles de razonamiento moral de acuerdo con la teoría de Lawrence Kohlberg, quien a partir del pensamiento de John Dewey sobre el desarrollo de la moralidad y del trabajo de Jean Piaget acerca de la formación del juicio moral en el niño, propuso una teoría que completó y extendió el enfoque cognitivo-evolutivo de la moralidad inicialmente planteado por Piaget (1985). En esta perspectiva de la adquisición de la moralidad planteada por Kohlberg, el juicio moral es comprendido como un componente de la acción moral (Kohlberg, 1992; Rest, 1983; Bebeau, Rest y Narvaez, 1999). La visión construida por Kohlberg es una estructura conceptual organizada en tres niveles de juicio moral; cada uno está compuesto por dos estadios. Los niveles y sus estadios son epigenéticos, representan estructuras de juicio y perspectivas sociomorales diferenciadas que tienen como condición necesaria, pero no suficiente, el desarrollo cognitivo. El desarrollo moral consiste en el avance o movimiento progresivo hacia estadios superiores (Kohlberg, 1992, 1974). De modo resumido los niveles y sus estadios se definen así:5 Nivel preconvencional: perspectiva individualista concreta del propio interés. Estadio 1. Moral heterónoma: orientación del castigo-obediencia y perspectiva social egocéntrica. Estadio 2. Moral individualista, de propósito instrumental e intercambio; se siguen las reglas de acuerdo con el propio interés y necesidades, dejan a otros hacer lo mismo. Nivel convencional: perspectiva de miembro de la sociedad. Estadio 3. Moral de expectativas interpersonales mutuas, de relaciones y de conformidad interpersonales. La perspectiva social es del individuo en relación con otros individuos. Estadio 4. Moral de sistema social y de conciencia motivada por cumplir el deber aceptado y sustentar las leyes. La perspectiva social distingue entre el punto de vista interpersonal y el social. Nivel postconvencional: perspectiva 'anterior a la sociedad', no relativa o de razonamiento moral de principios. Estadio 5. Moral del contrato social o de utilidad y de los derechos individuales. La perspectiva social es la del individuo racional consciente de los valores y derechos previos al contrato social; considera los puntos de vista moral y legal. Rest y sus colaboradores han planteado, con base en muchos años de investigación utilizando el DIT y atendiendo algunas de las críticas a la teoría de los estadios de Kohlberg, un enfoque conceptual avanzado -the neo-kohlbergian approach- en el que se flexibiliza la estructura rígida de los seis estadios y se pone más atención a la naturaleza social de la moralidad. Conceptualmente, el nuevo enfoque se apoya en la teoría de los esquemas de la investigación del conocimiento social (Rest, Narvaez, Thoma y Bebeau, 2000; Rest, Narvaez, Bebeau y Thoma, 1999). Los esquemas de desarrollo moral propuestos por Rest y sus colaboradores en lugar de los estadios de Kohlberg, son los siguientes: el esquema del interés personal, derivado de los estadios 2 y 3, se desarrolla en la infancia y deja de ser central hacia los doce años; el esquema de mantenimiento de las normas, derivado del estadio 4, representa el 'descubrimiento de la sociedad', el más grande avance socio-cognitivo de la adolescencia y, en tercer lugar, el esquema postconvencional derivado de los estadios 5 y 6, donde las "obligaciones morales deben basarse en ideales compartidos, ser plenamente recíprocas y abiertas al escrutinio" (Rest, Narvaez, Thoma y Bebeau, 2000, p.389). En la sección de análisis de la información se harán referencias a los esquemas, así como a los estadios de juicio moral. La variable fundamental del estudio que aquí se presenta es el juicio moral, es decir, el tipo de juicio que se hace "sobre lo bueno y lo justo de una acción" (Kohlberg, 1974, p.228). Se analiza su desarrollo en relación con otras variables como edad, sexo, escolaridad y nivel educativo del trabajo desempeñado. Se incluye éste debido a que la mayoría de los sujetos del estudio son docentes en diferentes niveles de educación básica y, por ello, resulta interesante tomar en cuenta las categorías de la variable laboral en la evaluación del juicio moral, dadas las distintas perspectivas pedagógicas que supone el trabajo docente en los niveles de educación básica. Los puntajes que se obtienen en la prueba se expresan en porcentajes que indican el uso que un sujeto o un grupo de ellos hace de la perspectiva de cada uno de los estadios de juicio moral al enfrentar dilemas morales y valorar los posibles cursos de acción. Con los puntajes de los estadios (5 y 6) relativos al nivel postconvencional de moralidad se elabora el índice P o índice de 'razonamiento moral de principios'. Éste constituye una medición que expresa "la importancia relativa que un sujeto da a las consideraciones de principios morales para tomar una decisión con respecto a los dilemas morales" (Rest, 1990, p.17; ver también Rest, 1994). El conjunto de los puntajes que se elaboran para los estadios y el índice P permiten estructurar un perfil de desarrollo moral de los individuos y de cada uno de los grupos. En este trabajo se presentan los perfiles basados en las medias de los estadios 2 al 6 de juicio moral y las medias del índice P para el total de sujetos y para cada uno de los cuatro grupos integrados en función del objetivo número dos, esto es, la comparación de los grupos de adultos entre sí y de las agrupaciones derivadas de las categorías de las variables antes mencionadas.6 Se realizó la prueba 't' con un alfa igual a 0.05 para valorar las diferencias de medias y se hicieron algunos análisis de regresión. El primer análisis de datos se realizó con el total de sujetos y con los grupos correspondientes a la variable género. Las puntuaciones medias en cada uno de los estadios y en el índice P se presentan en la Tabla II. Ahí puede observarse que el perfil de desarrollo moral del conjunto de sujetos muestra un crecimiento que va del estadio 2 al 4; éste tiene preeminencia, seguido del estadio 3. Otro elemento consiste en que las medias en los subestadios 5A y 5B y estadio 6 descienden en relación con los estadios 3 y 4, lo cual nos muestra, según la estructura de los niveles de juicio moral de Kohlberg, que el nivel más utilizado por el conjunto de sujetos es el de la moralidad convencional, ya que los valores de sus dos estadios representan un poco más del cincuenta por ciento de los juicios realizados. Si desde otro ángulo de valoración se analizan los esquemas propuestos por Rest y colaboradores, resulta que hay equilibrio entre los tres esquemas de razonamiento moral, pues la suma de las puntuaciones de los estadios 2 y 3 -representan o que dan origen al esquema del interés personal- es igual a 29.95; la media del esquema de mantenimiento de las normas -derivado del estadio 4- asciende a 30.26 y, por último, la del esquema postconvencional expresada en el índice P es igual a 30.88. En síntesis, el conjunto de sujetos utiliza los tres esquemas de razonamiento moral en proporciones equivalentes. Los perfiles de crecimiento moral de los grupos de hombres (n igual a 42) y de mujeres (n igual a 69) tienen los mismos rasgos que el del conjunto de personas. La diferencia de medias entre los hombres y las mujeres en los estadios 2 al 6 no son estadísticamente significativas, lo cual indica que la pauta de su desarrollo moral es semejante. Ningún grupo aventaja al otro en alguno de los estadios. Tabla II. Puntuaciones medias por estadio y en el índice P del total de sujetos y por sexo En el razonamiento moral de principios, tal como se expresa en el índice P, existe una pequeña diferencia de medias entre los hombres y las mujeres a favor de éstas, pero tampoco es significativa. El uso del razonamiento moral de principios es semejante en ambos géneros. En cuanto al índice P del total de sujetos adultos que tiene un valor medio de 30.88, por el momento sólo se comentan dos cuestiones relevantes, pues al analizar adelante la relación entre la escolaridad y la moralidad de principios se presentan datos adicionales y se hacen algunas comparaciones pertinentes relativas a los niveles de desarrollo moral. La primera cuestión se refiere a que los sujetos adultos reunidos en este estudio tienen una media de razonamiento moral de principios superior en poco más de 12 puntos porcentuales a la media de un grupo de estudiantes de secundaria y de bachillerato evaluados en otro trabajo con el mismo instrumento (Barba, 2001). Esto muestra un mayor crecimiento moral en las personas adultas comparándolas con estudiantes de secundaria y bachillerato, es decir, con sujetos de menor edad y escolaridad. Hay un efecto positivo de estas dos variables en el desarrollo moral. La segunda cuestión consiste en señalar que la media de razonamiento de principios de los adultos de este estudio es inferior a la de grupos similares en escolaridad pertenecientes a otros contextos socioculturales. Luego de considerar este perfil básico del desarrollo moral de los adultos cabe una pregunta acerca del significado evolutivo de sus puntuaciones. Con el fin de tener una valoración más amplia del desarrollo moral de los grupos de profesionales aquí evaluados se les puede comparar con otros sujetos, para lo cual se presenta en la Tabla III información correspondiente a los grupos de estudiantes de secundaria y bachillerato mencionados previamente. El perfil moral que se ha identificado en el conjunto de las personas adultas se configura también en los estudiantes de secundaria y de bachillerato tanto en la muestra como en los grupos derivados del nivel educativo y del sexo. Tabla III. Puntuaciones medias por estadio y en el índice P para el total de sujetos, por nivel educativo y por género No obstante que el perfil es similar en cuanto a la tendencia general del crecimiento moral, la preeminencia del estadio 4 y el lugar ocupado por el estadio 3, hay diferencias importantes a tomar en cuenta. Primera, ya sea que se considere a los alumnos por el nivel educativo de secundaria o de bachillerato o se les agrupe por sexo, las medias del estadio 3 son mayores que las del grupo de profesionales presentadas en la Tabla II. Esto significa que los profesionales han superado en mayor grado la perspectiva moral convencional, sustento del avance en el siguiente nivel, el postconvencional. Visto en términos de esquemas, los estudiantes de secundaria y bachillerato tienen un valor promedio en el esquema de interés personal -estadios 2 y 3-mayor al del esquema de mantenimiento de las normas y superior al valor promedio del esquema postconvencional. Los adultos, en cambio, como se afirmó antes, tienen un equilibrio entre los esquemas de razonamiento moral. En promedio, los adultos han alcanzado mayor crecimiento moral que los estudiantes de secundaria y de bachillerato, no obstante, ninguno de los esquemas de razonamiento moral es dominante en su estructura cognitivo-moral. La segunda diferencia consiste en que las medias del estadio 4 de los estudiantes de secundaria y bachillerato son ligeramente superiores a la media de los adultos, lo cual significa que en promedio utilizan más la perspectiva convencional. Pero hay aún un rasgo evolutivo importante por precisar: las diferencias de medias en los estadios 3 y 4 entre secundaria y bachillerato son significativas. Esto indica que los bachilleres han avanzado más hacia el estadio 4, en comparación con los estudiantes de secundaria, pero utilizan más esta perspectiva moral que los adultos quienes han avanzado significativamente en el razonamiento postconvencional. Se observa así que el desarrollo moral está asociado positivamente con la edad y la escolaridad. En tercer lugar, las puntuaciones en los estadios del nivel postconvencional son sensiblemente menores en los grupos de secundaria y bachillerato, de lo cual resulta que su índice de razonamiento moral de principios está por debajo del de los adultos. Además, puede notarse nuevamente un rasgo evolutivo importante: las diferencias de medias en los estadios 5B y 6 entre secundaria y bachillerato son significativas; indican que los bachilleres utilizan más la perspectiva del estadio 5B aunque en el estadio 6 son aventajados por los de secundaria.7 En suma, el crecimiento moral de los adultos, sobre la base de la disminución de los juicios propios de los estadios 2, 3 y 4, muestra con claridad un aumento en el uso de la perspectiva moral del nivel tres o del esquema postconvencional. Otro aspecto que diferencia a los estudiantes de secundaria y bachillerato y a los grupos de profesionales es en la moralidad de principios en relación con la variable sexo. En los primeros, la diferencia de P es significativa a favor de las mujeres pero no lo es en los adultos, según la prueba de medias y el análisis de regresión. Analizados todos los sujetos, es decir, los adultos más los de secundaria y de bachillerato, la diferencia por sexo sí es significativa, específicamente por los valores del subestadio 5B y del estadio 6. A propósito de la relación entre sexo e índice P, la investigación realizada con el DIT durante varios años señala que las diferencias por sexo en el razonamiento moral de principios no se manifiestan con mucha frecuencia y, cuando sucede, las cifras suelen ser favorables a las mujeres, en la mayor parte de las veces. Este hecho fue identificado por Rest desde los primeros años de uso del DIT (Rest, 1979) y, en general, se ha demostrado que la escolaridad es una variable más poderosa que el sexo para explicar la varianza en la moralidad postconvencional.8 En síntesis, la mayor edad y mayor escolaridad de los grupos de profesionales comparados con los de secundaria y de bachillerato muestra un efecto positivo en el crecimiento moral de los primeros, pues disminuyen las perspectivas preconvencional y convencional y aumenta la postconvencional. Este mayor desarrollo moral de los profesionales no es homogéneo; los análisis subsiguientes mostrarán las diferencias existentes al comparar los grupos de profesionales entre sí. Para continuar el análisis del desarrollo moral de los profesionales se desagrega la información de acuerdo con los cuatro grupos identificados al describir la metodología. De esta manera, se presentan en la Tabla IV las puntuaciones medias en los estadios y en el índice P de cada uno de los grupos, a saber, el de maestría en educación (MaEdu), el de los que cursan programas relativos a la especialidad o diplomado en educación para los derechos humanos (DH), el de maestros de secundaria (MSec) y el de técnico superior (TSup). El patrón de crecimiento moral es semejante al observado antes en el total de sujetos: las medias crecen del estadio 2 al 4 y a partir de éste último la puntuación desciende sucesivamente para los subestadios 5A y 5B y el estadio 6. En todos los grupos, el estadio 4 tiene preeminencia en el perfil moral; este rasgo es más claro en los grupos de DH y de TSup. Este perfil moral general se muestra en todos los grupos con una pequeña variante: en el de TSup la media del estadio 6 es ligeramente superior a la del estadio 5B, pero la diferencia no es estadísticamente significativa; los sujetos de este grupo no tienen más crecimiento en el estadio 6 que en el 5B. Tabla IV. Puntuaciones medias por estadio y en el índice P por grupos A pesar de la similitud general de los perfiles, hay diferencias importantes entre los grupos. Pueden destacarse las siguientes: Si tales son los rasgos fundamentales observables en las puntuaciones medias de los estadios, ¿qué sucede al considerar el índice de razonamiento moral de principios de los diferentes grupos de personas adultas? Los datos correspondientes en la Tabla IV indican que existen diferencias importantes en las medias, algunas de las cuales ya han sido aludidas más arriba. La mayor discrepancia se da entre las puntuaciones del grupo de MaEdu y el de TSup, que son los grupos con la diferencia de escolaridad más grande. La diferencia de este segundo grupo es significativa respecto a los otros tres que comparten rasgos de mayor edad y de mayor escolaridad. La diferencia entre los grupos de MaEdu y de MSec no es significativa, pero la de ambos comparados con el de DH sí lo es. Si se compara la media del índice P de todos los grupos, cuyo valor es 30.88, con la de la muestra de estudiantes de secundaria y bachillerato, que tiene un valor de 18.50 como se registra en la Tabla III, se constata una gran diferencia que favorece a los grupos de profesionales y que es atribuible a su mayor edad y escolaridad. Incluso el grupo de TSup aventaja ligeramente a la muestra de secundaria y bachillerato, pues tiene una media de 21.13 en el índice P. En las secciones que siguen se realizan análisis comparativos más específicos entre los niveles de desarrollo moral en general y de la moralidad de principios en particular y las variables de escolaridad, edad y nivel educativo del trabajo docente.
Estadio 6. Moral de principios éticos universales. La perspectiva social consiste en el reconocimiento de principios morales universales de los cuales se derivan los compromisos sociales, pues las personas son fines en sí mismas y así deben ser reconocidas.
El primer análisis de datos se realizó con el total de sujetos y con los grupos correspondientes a la variable género. Las puntuaciones medias en cada uno de los estadios y en el índice P se presentan en la Tabla II. Ahí puede observarse que el perfil de desarrollo moral del conjunto de sujetos muestra un crecimiento que va del estadio 2 al 4; éste tiene preeminencia, seguido del estadio 3. Otro elemento consiste en que las medias en los subestadios 5A y 5B y estadio 6 descienden en relación con los estadios 3 y 4, lo cual nos muestra, según la estructura de los niveles de juicio moral de Kohlberg, que el nivel más utilizado por el conjunto de sujetos es el de la moralidad convencional, ya que los valores de sus dos estadios representan un poco más del cincuenta por ciento de los juicios realizados. Si desde otro ángulo de valoración se analizan los esquemas propuestos por Rest y colaboradores, resulta que hay equilibrio entre los tres esquemas de razonamiento moral, pues la suma de las puntuaciones de los estadios 2 y 3 -representan o que dan origen al esquema del interés personal- es igual a 29.95; la media del esquema de mantenimiento de las normas -derivado del estadio 4- asciende a 30.26 y, por último, la del esquema postconvencional expresada en el índice P es igual a 30.88. En síntesis, el conjunto de sujetos utiliza los tres esquemas de razonamiento moral en proporciones equivalentes. Los perfiles de crecimiento moral de los grupos de hombres (n igual a 42) y de mujeres (n igual a 69) tienen los mismos rasgos que el del conjunto de personas. La diferencia de medias entre los hombres y las mujeres en los estadios 2 al 6 no son estadísticamente significativas, lo cual indica que la pauta de su desarrollo moral es semejante. Ningún grupo aventaja al otro en alguno de los estadios. Tabla II. Puntuaciones medias por estadio y en el índice P del total de sujetos y por sexo En el razonamiento moral de principios, tal como se expresa en el índice P, existe una pequeña diferencia de medias entre los hombres y las mujeres a favor de éstas, pero tampoco es significativa. El uso del razonamiento moral de principios es semejante en ambos géneros. En cuanto al índice P del total de sujetos adultos que tiene un valor medio de 30.88, por el momento sólo se comentan dos cuestiones relevantes, pues al analizar adelante la relación entre la escolaridad y la moralidad de principios se presentan datos adicionales y se hacen algunas comparaciones pertinentes relativas a los niveles de desarrollo moral. La primera cuestión se refiere a que los sujetos adultos reunidos en este estudio tienen una media de razonamiento moral de principios superior en poco más de 12 puntos porcentuales a la media de un grupo de estudiantes de secundaria y de bachillerato evaluados en otro trabajo con el mismo instrumento (Barba, 2001). Esto muestra un mayor crecimiento moral en las personas adultas comparándolas con estudiantes de secundaria y bachillerato, es decir, con sujetos de menor edad y escolaridad. Hay un efecto positivo de estas dos variables en el desarrollo moral. La segunda cuestión consiste en señalar que la media de razonamiento de principios de los adultos de este estudio es inferior a la de grupos similares en escolaridad pertenecientes a otros contextos socioculturales. Luego de considerar este perfil básico del desarrollo moral de los adultos cabe una pregunta acerca del significado evolutivo de sus puntuaciones. Con el fin de tener una valoración más amplia del desarrollo moral de los grupos de profesionales aquí evaluados se les puede comparar con otros sujetos, para lo cual se presenta en la Tabla III información correspondiente a los grupos de estudiantes de secundaria y bachillerato mencionados previamente. El perfil moral que se ha identificado en el conjunto de las personas adultas se configura también en los estudiantes de secundaria y de bachillerato tanto en la muestra como en los grupos derivados del nivel educativo y del sexo. No obstante que el perfil es similar en cuanto a la tendencia general del crecimiento moral, la preeminencia del estadio 4 y el lugar ocupado por el estadio 3, hay diferencias importantes a tomar en cuenta. Primera, ya sea que se considere a los alumnos por el nivel educativo de secundaria o de bachillerato o se les agrupe por sexo, las medias del estadio 3 son mayores que las del grupo de profesionales presentadas en la Tabla II. Esto significa que los profesionales han superado en mayor grado la perspectiva moral convencional, sustento del avance en el siguiente nivel, el postconvencional. Visto en términos de esquemas, los estudiantes de secundaria y bachillerato tienen un valor promedio en el esquema de interés personal -estadios 2 y 3-mayor al del esquema de mantenimiento de las normas y superior al valor promedio del esquema postconvencional. Los adultos, en cambio, como se afirmó antes, tienen un equilibrio entre los esquemas de razonamiento moral. En promedio, los adultos han alcanzado mayor crecimiento moral que los estudiantes de secundaria y de bachillerato, no obstante, ninguno de los esquemas de razonamiento moral es dominante en su estructura cognitivo-moral. La segunda diferencia consiste en que las medias del estadio 4 de los estudiantes de secundaria y bachillerato son ligeramente superiores a la media de los adultos, lo cual significa que en promedio utilizan más la perspectiva convencional. Pero hay aún un rasgo evolutivo importante por precisar: las diferencias de medias en los estadios 3 y 4 entre secundaria y bachillerato son significativas. Esto indica que los bachilleres han avanzado más hacia el estadio 4, en comparación con los estudiantes de secundaria, pero utilizan más esta perspectiva moral que los adultos quienes han avanzado significativamente en el razonamiento postconvencional. Se observa así que el desarrollo moral está asociado positivamente con la edad y la escolaridad. En tercer lugar, las puntuaciones en los estadios del nivel postconvencional son sensiblemente menores en los grupos de secundaria y bachillerato, de lo cual resulta que su índice de razonamiento moral de principios está por debajo del de los adultos. Además, puede notarse nuevamente un rasgo evolutivo importante: las diferencias de medias en los estadios 5B y 6 entre secundaria y bachillerato son significativas; indican que los bachilleres utilizan más la perspectiva del estadio 5B aunque en el estadio 6 son aventajados por los de secundaria.7 En suma, el crecimiento moral de los adultos, sobre la base de la disminución de los juicios propios de los estadios 2, 3 y 4, muestra con claridad un aumento en el uso de la perspectiva moral del nivel tres o del esquema postconvencional. Otro aspecto que diferencia a los estudiantes de secundaria y bachillerato y a los grupos de profesionales es en la moralidad de principios en relación con la variable sexo. En los primeros, la diferencia de P es significativa a favor de las mujeres pero no lo es en los adultos, según la prueba de medias y el análisis de regresión. Analizados todos los sujetos, es decir, los adultos más los de secundaria y de bachillerato, la diferencia por sexo sí es significativa, específicamente por los valores del subestadio 5B y del estadio 6. A propósito de la relación entre sexo e índice P, la investigación realizada con el DIT durante varios años señala que las diferencias por sexo en el razonamiento moral de principios no se manifiestan con mucha frecuencia y, cuando sucede, las cifras suelen ser favorables a las mujeres, en la mayor parte de las veces. Este hecho fue identificado por Rest desde los primeros años de uso del DIT (Rest, 1979) y, en general, se ha demostrado que la escolaridad es una variable más poderosa que el sexo para explicar la varianza en la moralidad postconvencional.8 En síntesis, la mayor edad y mayor escolaridad de los grupos de profesionales comparados con los de secundaria y de bachillerato muestra un efecto positivo en el crecimiento moral de los primeros, pues disminuyen las perspectivas preconvencional y convencional y aumenta la postconvencional. Este mayor desarrollo moral de los profesionales no es homogéneo; los análisis subsiguientes mostrarán las diferencias existentes al comparar los grupos de profesionales entre sí. Para continuar el análisis del desarrollo moral de los profesionales se desagrega la información de acuerdo con los cuatro grupos identificados al describir la metodología. De esta manera, se presentan en la Tabla IV las puntuaciones medias en los estadios y en el índice P de cada uno de los grupos, a saber, el de maestría en educación (MaEdu), el de los que cursan programas relativos a la especialidad o diplomado en educación para los derechos humanos (DH), el de maestros de secundaria (MSec) y el de técnico superior (TSup). El patrón de crecimiento moral es semejante al observado antes en el total de sujetos: las medias crecen del estadio 2 al 4 y a partir de éste último la puntuación desciende sucesivamente para los subestadios 5A y 5B y el estadio 6. En todos los grupos, el estadio 4 tiene preeminencia en el perfil moral; este rasgo es más claro en los grupos de DH y de TSup. Este perfil moral general se muestra en todos los grupos con una pequeña variante: en el de TSup la media del estadio 6 es ligeramente superior a la del estadio 5B, pero la diferencia no es estadísticamente significativa; los sujetos de este grupo no tienen más crecimiento en el estadio 6 que en el 5B. Tabla IV. Puntuaciones medias por estadio y en el índice P por grupos A pesar de la similitud general de los perfiles, hay diferencias importantes entre los grupos. Pueden destacarse las siguientes: Si tales son los rasgos fundamentales observables en las puntuaciones medias de los estadios, ¿qué sucede al considerar el índice de razonamiento moral de principios de los diferentes grupos de personas adultas? Los datos correspondientes en la Tabla IV indican que existen diferencias importantes en las medias, algunas de las cuales ya han sido aludidas más arriba. La mayor discrepancia se da entre las puntuaciones del grupo de MaEdu y el de TSup, que son los grupos con la diferencia de escolaridad más grande. La diferencia de este segundo grupo es significativa respecto a los otros tres que comparten rasgos de mayor edad y de mayor escolaridad. La diferencia entre los grupos de MaEdu y de MSec no es significativa, pero la de ambos comparados con el de DH sí lo es. Si se compara la media del índice P de todos los grupos, cuyo valor es 30.88, con la de la muestra de estudiantes de secundaria y bachillerato, que tiene un valor de 18.50 como se registra en la Tabla III, se constata una gran diferencia que favorece a los grupos de profesionales y que es atribuible a su mayor edad y escolaridad. Incluso el grupo de TSup aventaja ligeramente a la muestra de secundaria y bachillerato, pues tiene una media de 21.13 en el índice P. En las secciones que siguen se realizan análisis comparativos más específicos entre los niveles de desarrollo moral en general y de la moralidad de principios en particular y las variables de escolaridad, edad y nivel educativo del trabajo docente.
Escolaridad y desarrollo moral
En el análisis realizado hasta este punto se han hecho varias referencias a la escolaridad de los grupos sin mencionar datos específicos. Las categorías de esta variable permiten tener otra visión de los niveles de desarrollo del juicio moral y realizar comparaciones importantes. Con tal propósito se presenta a continuación la distribución de los sujetos, excepto dos que no indicaron su escolaridad.9 Tabla V. Escolaridad máxima de los sujetos Los perfiles de desarrollo moral de acuerdo con la escolaridad se presentan en la Tabla VI. Como en otras disposiciones de las puntuaciones medias por estadio, los perfiles también muestran el avance desde el estadio 2 hacia el 4, el cual es preeminente en todos los niveles de escolaridad. Destaca el hecho de que la media más alta del estadio corresponde al grupo cuya escolaridad máxima es bachillerato; la puntuación media del estadio en los otros grupos tiende a disminuir al aumentar la escolaridad. En el grupo con escolaridad máxima de bachillerato es claro que predomina el esquema de mantenimiento de las normas; en el grupo de licenciatura hay equilibrio entre los esquemas de juicio moral y en el de maestría predomina el esquema postconvencional de la moralidad. Tabla VI. Puntuaciones medias por estadio y en el índice P por escolaridad En la distribución de datos de la Tabla IV ya se destacaba el hecho de que el grupo de TSup tiene la media más alta en el estadio 2 con valor de 10.08; es significativa su diferencia con los otros grupos que entre sí son iguales en el uso del estadio 2. Ahora, con las medias calculadas en función de la escolaridad la posición del grupo de bachillerato, que son todos los estudiantes de TSup, permite observar que a menor escolaridad corresponde menor crecimiento moral; estos sujetos hacen juicios morales propios de la perspectiva de los estadios 2 y 4 en mayor proporción que los demás. Es importante hacer notar que ningún grupo de adultos ha superado plenamente la perspectiva moral individualista y de propósito instrumental del estadio 2. Por otra parte, los sujetos de todas las categorías de escolaridad usan el esquema de interés personal -derivado de los estadios 2 y 3 de Kohlberg- en un porcentaje importante de juicios morales. En el estadio 4 la media más alta pertenece al grupo de bachillerato y la más baja al grupo de maestría. Este dato indica que la mayor escolaridad asociada a mayor edad -la media de edad del grupo de maestría es de 32.95 años; la de bachillerato, de 22.74- influye en forma positiva en el crecimiento moral como podrá apreciarse en el índice P más adelante. Un avance en la moralidad del tercer nivel supone una superación proporcional de las perspectivas preconvencional y convencional. En los subestadios 5A y 5B y el estadio 6 hay diferencias en las puntuaciones medias de los grupos. Los de licenciatura y maestría aventajan claramente en el estadio 5A y sólo el de maestría rebasa al resto en el estadio 6. Por su parte, el grupo de bachillerato registra la menor media en el estadio 5B.10 Al relacionar el razonamiento moral de principios -índice- P con la escolaridad se observa que la media más alta corresponde al grupo de maestría y la más baja al grupo Tsup cuya escolaridad máxima es de bachillerato. Las diferencias en el índice P existentes entre el grupo con escolaridad máxima de bachillerato, por un lado, y los de licenciatura y maestría, por el otro, son significativas. De igual modo, destaca la diferencia existente entre el grupo de licenciatura y el de maestría. De esta manera, puede verse que la mayor escolaridad, nuevamente ligada a una mayor edad, influye decisivamente en el logro de mayor crecimiento en la moralidad postconvencional. Al calcular los deciles del índice P resulta que el decil más alto sólo está integrado por sujetos que tienen el grado de maestría. Si únicamente se integran tres grupos o categorías de escolaridad juntando los sujetos con posgrado (veintitrés de maestría y tres de especialidad) su puntuación media en el índice P es de 36.34. Con esta agrupación, la diferencia de medias sólo es significativa respecto a la del grupo con escolaridad máxima de bachillerato. A propósito de la variable escolaridad y su relación con el índice P conviene tomar en cuenta la información ofrecida por Rest. De acuerdo con el postulado desarrollista de la teoría de Kohlberg y como resultado de muchos años de investigación con el DIT, la mayoría en Estados Unidos, se ha establecido un conjunto de parámetros para las medias del índice P en función de la escolaridad de los individuos. Las puntuaciones medias establecidas se exponen en a continuación (Rest, 1994, p.14): Tabla VII. Medias de P según nivel de escolaridad y de adultos en general Comparando la media de P de los sujetos de este estudio, la cual tiene un valor de 30.88, resulta que se sitúa por debajo de la media de estudiantes de licenciatura en general y se asemeja al promedio de los estudiantes de bachillerato. Los sujetos de este estudio que tienen licenciatura (media igual a 31.84) están también por debajo del parámetro de su nivel educativo (media igual a 42.30) y tienen una media igual a la de bachillerato en los datos de Rest. El grupo de MaEdu, que tiene la media más alta en razonamiento moral de principios (38.15), se acerca a la media de los "adultos en general", lo mismo que el grupo de MSec (36.33). Otra información proveniente de una revisión de estudios con profesores de educación básica la entrevista de Kohlberg, en la cual el entrevistado construye su argumentación moral, se concluyó que muchos de ellos razonaban solamente en el nivel convencional. En cambio, en estudios que utilizaron el DIT, en la cual el sujeto ejecuta una tarea valorando la importancia de los enunciados y expresando sus preferencias sobre ellos o jerarquizándolos, muchos profesores en formación y en servicio alcanzaban en P puntuaciones en el rango de los cuarenta. Esto significa, concluye Chang, que muchos profesores "pueden reconocer, pero no pueden producir, pensamiento postconvencional" (Chang, 1994, p.72).11 Resumiendo esta comparación, los grupos del presente estudio muestran menor desarrollo de la moralidad postconvencional que grupos de escolaridades similares en otros contextos socioculturales. Una conclusión que se deriva de la comparación entre los resultados del presente estudio y los presentados por Rest es que se requiere promover más sistemáticamente el desarrollo cognitivo y moral de las personas en los procesos educativos formales, incluyendo los que corresponden a la formación de profesores. El mismo Rest afirma que es usual registrar crecimiento en el juicio moral con la edad, pero también se ha encontrado "que la educación es un predictor mucho más poderoso del desarrollo del juicio moral que la mera edad cronológica per se" (Rest, 1994, p.15). Para cerrar el análisis relativo a la relación entre el razonamiento moral de principios y la escolaridad se presentan en seguida dos elementos: el primero, es una comparación entre cinco categorías de escolaridad; el segundo, un análisis de regresión. Reuniendo a los sujetos del estudio de secundaria y bachillerato (Barba, 2001) y a los profesionales se categorizó la variable escolaridad en cinco grupos definiéndolos como "escolaridad máxima" lograda. Sus puntuaciones en el índice P se muestran líneas adelante.12 Las diferencias de medias entre las tres primeras categorías son pequeñas, pero entre ellas y las dos últimas la diferencia aumenta claramente. Sólo son significativas las diferencias existentes entre las categorías de primaria, secundaria y bachillerato respecto a las de licenciatura y posgrado, respectivamente. Tabla VIII. Grupos por escolaridad máxima y media de P Al hacer tres categorías de escolaridad máxima, las de primaria, secundaria y educación superior, resulta que las diferencias existentes entre primaria (18.89) y secundaria (19.40) respecto a educación superior (31.05) son estadísticamente significativas. Por su parte, los sujetos de las categorías de primaria y secundaria son iguales en la moralidad postconvencional. La escolaridad superior es un factor correlacionado positivamente con el desarrollo del razonamiento moral de principios. Al realizar el análisis de regresión se confirma lo anterior: sólo los niveles de escolaridad de licenciatura y posgrado tienen una correlación positiva con el índice de la moralidad postconvencional; la escolaridad de posgrado contribuye a explicar 14.2% del índice P, el doble de licenciatura, con un coeficiente de correlación de 0.337 para el posgrado y de 0.276 para la licenciatura.
Edad y moralidad de principios
Además de analizar la variable escolaridad es importante observar la relación entre la edad y el desarrollo alcanzado por los sujetos en el razonamiento moral de principios. Para tal fin, los sujetos se agruparon tomando como referencia para el primer grupo la edad correspondiente a los años regulares de la educación superior -tres personas no especificaron su edad-: Tabla IX. Grupos de edad y media de P En el grupo de 18 a 23 años están incluidos trece alumnos cuya escolaridad máxima es el bachillerato, es decir, son estudiantes del nivel técnico superior. Al comparar las medias resultan significativas las diferencias existentes entre el grupo de 18 a 23 años, con el de 31 a 40 y el de 41 y más años. De acuerdo con ello, entonces, los sujetos de 31 o más años han alcanzado un mayor desarrollo en el razonamiento moral de principios. La media de edad del grupo de TSup es la más baja de todos los grupos de adultos (22.74) considerando tanto la adscripción original de los sujetos como la agrupación por escolaridad. En contraparte, la media de edad del grupo con licenciatura es de 31.25 y la del grupo con maestría es de 32.95. Recuérdese, como se señaló antes, que el grupo con maestría tiene la media de razonamiento moral de principios más alta de las cuatro categorías de escolaridad, o de las tres si se integran en una sola los sujetos con estudios de posgrado. Así se refuerza la conclusión de que la edad y la escolaridad tienen un efecto positivo en el desarrollo del juicio moral. Si a la luz de estos últimos datos volvemos a la información de la Tabla III que se refiere a los estudiantes de secundaria y de bachillerato, se tiene otro elemento que confirma la influencia decisiva de la edad y la escolaridad en el desarrollo del juicio moral de las personas.13 En la Tabla X se presentan las medias de moralidad postconvencional de los diferentes grupos de edad; el primero y el segundo corresponden a los rangos de edad de los estudiantes de secundaria y de bachillerato, respectivamente. Tabla X. Grupos de edad y medias de P Entre los estudiantes de secundaria y de bachillerato no hay diferencia en el desarrollo moral postconvencional. El grupo de TSup tiene una edad promedio de 22.74, por encima de la edad de los estudiantes de bachillerato y aventaja a éstos, además, con la escolaridad derivada de su avance en el currículo de la carrera de técnico superior universitario. Su promedio de razonamiento moral de principios es 21.13. El análisis de regresión realizado sólo para la muestra de adultos confirma que la edad está correlacionada positivamente (r = 0.207) con el razonamiento moral de principios, pero su contribución es baja, sólo 4.3%. Si para el análisis de regresión de la edad como variable independiente se trabaja nuevamente con los estudiantes de secundaria y de bachillerato junto con los sujetos adultos como se hizo para la escolaridad, se observa que la contribución de la edad al índice P es mayor, de 11.3% (r = 0.338), pero si en el análisis se introducen las categorías de escolaridad y sexo la variable edad es excluida lo cual significa que la edad por sí sola no es suficiente para el crecimiento de la moralidad postconvencional. La escolaridad superior -los niveles de licenciatura y posgrado- es la que influye decisivamente (Rest, 1994, 1988). Si se toma en cuenta la edad y se realizan análisis independientes, ésta tiene mayor peso asociada al posgrado contribuyendo ambas con 12.4% de la explicación (r = 0.352). Si se reúnen las variables edad, posgrado y licenciatura, el porcentaje de explicación sólo sube a 14.4% (r = 0.380), pero el nivel de confianza baja a 91.4%. En síntesis, la asociación entre edad y posgrado es el factor de mayor peso en el crecimiento de la moralidad postconvencional. Si se recategoriza la edad a fin de hacer más homogéneos los grupos, éstos quedan como sigue: Tabla XI. Grupos de edad en secundaria y bachilleratoe índice P En los años de la secundaria y el bachillerato prácticamente no hay, en promedio, crecimiento moral en el nivel postconvencional; sólo las diferencias existentes entre las medias de los tres primeros grupos con el cuarto son significativas. El análisis de regresión con la edad recodificada muestra que esta variable sólo contribuye a explicar 4.6% del índice P. Al introducir las categorías de escolaridad máxima alcanzada, la edad deja de ser significativa, lo cual confirma el primer análisis.
Nivel de trabajo y moralidad de principios
Como se mencionó antes, solamente los estudiantes de TSup y otras seis personas adultas no realizan actividades docentes; por ello, resulta de interés analizar el desarrollo de la moralidad postconvencional de acuerdo con el nivel educativo en el que desempeñan su labor los profesores. La distribución de los sujetos es como sigue: Tabla XII. Nivel educativo del trabajo y medias de P Como puede observarse hay diferencias importantes entre los grupos. Es significativa la diferencia que existe en el índice P entre quienes trabajan en el nivel de preescolar y los de primaria y de secundaria. Es decir, los primeros han alcanzado menor desarrollo en la moralidad postconvencional, a pesar de tener edad similar a quienes trabajan en primaria. La media de edad de quienes trabajan en preescolar es de 29.36 años y de quienes trabajan en primaria es de 31.16. Sin embargo, una diferencia importante radica en que la mayoría de quienes trabajan en primaria tienen maestría y los de preescolar, licenciatura, lo cual indica la influencia de la escolaridad en el crecimiento hacia la moral postconvencional. En el mismo nivel de moralidad, quienes trabajan en preescolar tienen igual desarrollo que las personas que no realizan trabajo docente, grupo de TSup y seis personas del grupo de DH. Su edad promedio es de 25.12 años, es decir, menor a la de quienes trabajan en preescolar. Los grupos de primaria y secundaria son iguales entre sí en razonamiento moral de principios y tienen mayor desarrollo respecto a quienes no realizan trabajo docente. En síntesis, el grupo de TSup posee desarrollo moral similar a quienes se desempeñan como docentes en el nivel de preescolar no obstante que estas personas aventajan a la mayoría de las primeras en edad y escolaridad. Aquí aparece un elemento que requiere más estudio, pues, con los datos disponibles no puede aclararse el por qué de la similitud del desarrollo moral. Si el grupo de preescolar tiene ventaja en la escolaridad y en la edad promedio puede plantearse la pregunta de si la socialización profesional o su ambiente laboral no presentan oportunidades de crecimiento moral semejantes a las de los otros grupos de docentes. Si como afirma Rest la edad per se no basta para promover el crecimiento moral, los datos de este estudio conducen a preguntar si el menor crecimiento del grupo que trabaja en preescolar se debe al enfoque de la formación docente o al ambiente de trabajo o a ambos factores. Como postulan Lind, Hartmann y Wakenhut (1985), la habilidad para los juicios morales depende de la socialización y del desarrollo histórico del sistema social (Kohlberg, 1992).
Este estudio muestra que los sujetos de los grupos de adultos comparten un perfil general de crecimiento moral con preeminencia del estadio 4, pero si se atiende a los tres esquemas de la moralidad éstos muestran un desarrollo equilibrado. El esquema de mantenimiento de las normas -derivado del estadio 4- no predomina sobre los otros esquemas. No hay diferencias en el desarrollo moral general, es decir, entre los estadios 2 al 6 y en la moralidad postconvencional, en función de la variable sexo. Entre los diversos grupos de adultos hay diferencias significativas en las medias del índice P; las diferencias están relacionadas con la edad, la escolaridad y el nivel educativo en el que desempeñan su trabajo los docentes. En los grupos de MaEdu y MSec predomina el esquema postconvencional, mientras que en el de DH hay equilibrio y en el de TSup predomina el esquema de mantenimiento de las normas. En ningún grupo predomina el esquema del interés personal. En contraparte, en la muestra de secundaria y bachillerato y los grupos por nivel educativo y por sexo de estos estudiantes predomina el esquema del interés personal seguido del esquema de mantenimiento de las normas. Los grupos de adultos han evolucionado moralmente y alcanzado mayor desarrollo moral postconvencional que los estudiantes de secundaria y bachillerato de Aguascalientes, pero si se les compara con grupos de escolaridad similar a la suya en otros contextos socioculturales muestran menor desarrollo moral postconvencional. El grupo de TSup es el de menor desarrollo moral entre los grupos de adultos y le siguen en orden ascendente los de DH, MSec y MaEdu. Al analizar los valores del índice P de acuerdo con el nivel educativo en el que se desempeñan los profesores, el grupo de preescolar manifiesta un desarrollo de la moralidad postconvencional menor a otros grupos de docentes e igual al conjunto de adultos que no desempeña trabajo docente. El aumento de la edad y de la escolaridad muestra una relación positiva en el desarrollo del razonamiento moral de principios, pues los sujetos con escolaridad de maestría aventajan en todas las variables a los otros grupos. El menor desarrollo moral postconvencional del grupo que trabaja en preescolar lleva a preguntarse por qué en estos sujetos la edad y la escolaridad no tienen la misma influencia que en los otros grupos. Se requiere mayor investigación, pero es posible plantear la pregunta de si la socialización profesional o el ambiente laboral de las personas que trabajan en preescolar o ambos elementos no promueven de igual manera el desarrollo del juicio moral que en otros grupos de docentes. De acuerdo con los niveles y estadios planteados por Kohlberg, la muestra de adultos comparte con los estudiantes de secundaria y bachillerato la estructura del perfil de desarrollo moral, incluyendo el predominio del nivel convencional de la moralidad. Sin embargo, los adultos han superado la perspectiva del estadio 3 y tienen un mayor avance en los estadios de la moralidad postconvencional. La edad tiene poca influencia en el índice P, y la escolaridad de licenciatura y posgrado son las categorías de mayor fuerza explicativa; la última aventaja a la primera. Las conclusiones de este estudio conducen a dos consideraciones importantes. La primera consiste en reconocer que es necesario realizar otros estudios a fin de profundizar en el conocimiento del desarrollo del juicio moral en trabajadores de la educación y en otros grupos de profesionales. Desde luego, se requiere una muestra más amplia y de preferencia diseñar una prueba integrada con dilemas morales propios de la actividad profesional en educación, pues el DIT es una prueba general. La segunda consideración tiene que ver con una necesidad del ámbito educativo, específicamente en la formación de los docentes es necesario promover ambientes organizacionales y estilos pedagógicos que, por un lado, se orienten con más eficacia al desarrollo moral del docente y, por el otro, le ayuden a comprender la naturaleza moral de la acción educativa y lo capaciten ampliamente para realizar una práctica docente que impulse el desarrollo moral de los estudiantes.
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Special Interest Group of Moral Development and Education (University of Konstanz) Association for Moral Education
http://www.uni-konstanz.de/SIG-MDE/
http://www4.wittenberg.edu/ame/
1Una revisión de la investigación sobre este campo en la última década puede verse en Hirsch (Coord.) (2001), Maggi (Coord.) (2001) y Yurén (Coord.) (2001). Yurén informa que es clara la influencia del constructivismo en general y especialmente de Jean Piaget, Lawrence Kohlberg y James Rest, pero reporta también que no se encontraron trabajos sobre el desarrollo moral de los docentes. Maggi afirma que la cantidad de trabajos encontrados muestra mayor interés sobre el tema de los valores y el desarrollo moral en comparación con la década anterior, pero también informa que no hay trabajos sobre el desarrollo moral de docentes de educación básica. En relación con los profesores de educación superior se constata también un aumento en la cantidad de trabajos relativos al tema de los valores (Hirsch, 2001); destaca la diversidad del concepto "valor". No informa de trabajos sobre el desarrollo moral de los profesores. 2Para mayor información sobre los estudiantes de secundaria y bachillerato ver Barba, 2001; en prensa. 3Acerca del proyecto "Niveles de razonamiento moral en estudiantes de secundaria, bachillerato y licenciatura del estado de Aguascalientes" ver Barba (1999). Esta investigación recibe apoyo financiero del CONACYT. 4La prueba puede aplicarse en versiones de tres o de seis historias. 5Puede verse una presentación amplia en Kohlberg (1992) y en Hersh, Paolito y Reimer (1984). 6El DIT, diseñado para individuos de 12 años y mayores, no incluye el estadio 1 debido a que está generalmente superado en estas edades. La diferencia de los subestadios 5A y 5B no fue hecha por Kohlberg, aunque está contenida en la definición del estadio. En el DIT, Rest distingue dos perspectivas en el estadio 5: la del subestadio A corresponde a un juicio moral basado en un contrato social aceptado razonada y críticamente (la voluntad general de la gente); la perspectiva del subestadio B indica un juicio de tipo individual y humanista que garantiza ciertos derechos básicos a cada persona, como vida, libertad y búsqueda de la felicidad. 7Los trabajos de Barba (2001 y en prensa) permiten hacer una comparación amplia entre ambas muestras de sujetos; aquí se hacen sólo algunas referencias. 8Para este aspecto puede verse Rest, 1990; Rest, Narvaez, Bebeau y Thoma, 1999. 9Tómese en cuenta que aquí se considera la escolaridad máxima lograda y que la categoría de bachillerato se refiere al grupo que está cursando estudios de técnico superior universitario. Por lo tanto, es diferente al grupo de bachillerato cuyas puntuaciones de desarrollo moral se utilizaron en la primera parte del análisis, junto con el de secundaria, para hacer algunas comparaciones con los sujetos profesionales. 10De los veintitrés sujetos con maestría, cuatro ya tienen el grado y 19 la están cursando. A estos últimos se les asignó esta categoría de escolaridad por estar iniciando el último curso del plan de estudios. 11Sobre las características de ejecución de la entrevista de Kohlberg y del DIT véase Rest, Narvaez, Bebeau y Thoma, 1999, pp. 47s. 12En posgrado se incluyen los 23 sujetos con maestría y los tres con especialidad. 13En el trabajo de Barba (en prensa) se presentan resultados de un estudio sobre el desarrollo moral de estudiantes de secundaria y bachillerato a lo largo de tres ciclos escolares.
Para citar este artículo, le recomendamos el siguiente formato:
Barba, B. (2002). Influencia de la edad y de la escolaridad en el desarrollo del juicio moral. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 4 (2). Consultado el día de mes de año en:
http://redie.uabc.mx/vol4no2/contenido-barba.html