Revista Electrónica
de Investigación Educativa
Vol. 17, Núm. 2, 2015
Adolescentes pobres lectores:
evaluación de procesos cognoscitivos básicos
Rosa del Carmen Flores Macías (1) rcfm@servidor.unam.mx
Juan Eugenio Jiménez González (2) ejimenez@ull.es
Eduardo García Miranda (2) egarciam@ull.es
(1) Universidad Nacional
Autónoma de México, Facultad de Psicología
(2) Universidad de la Laguna, Facultad de Psicología
(Recibido: 15 de octubre de 2013; Aceptado para su publicación: 23 de
mayo de 2014)
Resumen
Diferentes estudios identifican a un grupo de lectores que, pese a leer adecuadamente
las palabras y tener buenas habilidades fonológicas (lo que los distingue
de una población con dislexia), no logran una buena comprensión,
se les conoce como pobres lectores. El objetivo de este estudio es establecer
en qué procesos cognoscitivos básicos asociados a la lectura residen
las dificultades de un grupo de adolescentes pobres lectores. El estudio, comparativo
transversal, se realizó con una muestra de estudiantes de primero de
secundaria a primero de bachillerato, a quienes se les ubicó en uno de
dos grupos: normolector o pobre lector por su rendimiento en una prueba de comprensión
lectora; ambos grupos se igualaron por coeficiente intelectual, edad y número
de hombres y mujeres. En forma individual se aplicó el Sicole-R, batería
multimedia que evalúa procesos cognoscitivos básicos vinculados
a la lectura. Los resultados indican que los alumnos pobres lectores se distinguen
de los normo lectores por mostrar un desempeño menor de conciencia fonológica,
procesamiento ortográfico y procesamiento sintáctico, pero sólo
en el último proceso las diferencias son estadísticamente significativas.
Palabras clave: Lectura,
comprensión lectora, adolescentes.
I. Introducción
Si nos ponemos a considerar la multitud de recursos cognoscitivos que se ponen
en juego al leer, no podemos sino concluir que éste es un logro extraordinario.
El lector necesita desarrollar recursos para reconocer las palabras de forma
automática, leer con expresividad y adecuar el ritmo de la lectura para
leer de forma fluida. Igualmente, al comprender, el lector necesita diversos
recursos para emplear el conocimiento que ya posee para acceder a ideas nuevas,
atender a la estructura sintáctica, adaptar la lectura a distintos tipos
de género, identificar la perspectiva del autor y la propia, elaborar
un sinfín de inferencias para dar un significado coherente al texto,
etc., en suma, todo aquello que le permita desarrollar un proceso continuo de
extracción y construcción de significados que transformarán
su conocimiento. Para leer de forma fluida y comprender se requieren procesos
cognoscitivos básicos que no todos los alumnos de secundaria desarrollan
óptimamente.
El informe PISA 2009 (Instituto Nacional de Evaluación
Educativa [INEE], 2010) mostró la baja capacidad
para entender y analizar textos que presenta el 11.4% del alumnado mexicano
de educación secundaria obligatoria, ellos:
(…) son capaces de localizar un solo fragmento de información explícita ubicado en un lugar evidente dentro de un texto corto, cuya estructura sintáctica sea sencilla, esté ubicado en un contexto familiar y sea del tipo narrativo o en forma de una lista simple. Generalmente… manejan textos que contienen diversos apoyos… En cuanto a la capacidad de interpretación, éstos pueden relacionar de manera sencilla fragmentos de información próximos. (p. 51).
Es posible que las dificultades de estos alumnos estén asociadas a un déficit en los procesos cognoscitivos, por lo que es necesario identificar su manifestación para una atención atinada.
1.1 La necesidad de identificar
a los adolescentes PL
Las dificultades lectoras se han asociado principalmente con la dislexia, como
consecuencia, las intervenciones para atenderlas se han centrado en la conciencia
fonológica (Ehri, Nunes, Stahl y Willows, 2001; Swanson, 1999), es decir,
en los mecanismos de conversión grafema-fonema o en la lectura de palabras
en forma global (Hagtvet, 2003; Jiménez y Hernández-Valle, 2012;).
Sin embargo, como veremos más adelante, distintos investigadores han
documentado que no todos los alumnos con un bajo desempeño en lectura
presentan esta problemática. Este grupo es reconocido como pobres lectores
(PL), término que hace referencia a sus dificultades
específicas en la comprensión de lo leído, no obstante
que leen adecuadamente las palabras aisladas y poseen buenas habilidades fonológicas,
no presentan déficit en su coeficiente intelectual ni en habilidades
del lenguaje.
Para localizar en forma puntual en dónde residen las dificultades de
los PL, la evaluación ha ido más allá
del nivel de comprensión y ha considerado los procesos cognoscitivos
básicos implicados en la lectura, a continuación se presenta una
revisión de trabajos representativos en este campo.
Habilidades fonológicas. Aunque hay diferencias entre las lenguas
con ortografía opaca, como el inglés, y ortografía transparente,
como el español (Seymur, Aro y Erskine, 2003), la investigación
coincide en que no se han encontrado diferencias entre los PL
y los normolectores en tareas de conversión grafema-fonema como: juicio
de rimas, o generación de rimas (Cain, Oakhill y Bryant, 2000, Nation,
Clarke, Marshall y Duran, 2004; Nation y Snowling, 1998); tareas de trastrueque
(trasposición del sonido inicial de dos palabras); tareas de omisión
de fonemas (Cain et al., 2000; Catts, Adlof y Weismer, 2006; Nation et al.,
2004; Nation, Snowling y Clarke, 2007); tareas de asilar, síntesis, omisión
o segmentación (García, Jiménez, González y Jiménez-Suarez,
2013; Flores, Jiménez y García, 2014). De esta investigación
se concluye que las dificultades de los PL no están en el proceso de
descodificación de las palabras y que leen adecuadamente palabras familiares
o de uso poco frecuente.
Procesamiento sintáctico. El conocimiento de la reglas de sintaxis
ayuda al lector a formular hipótesis sobre el significado de una oración.
Reconocer el orden adecuado de las palabras o el empleo de los signos ortográficos
es esencial para elegir un contexto proposicional a partir del cual se dé
un significado a un texto. Aunque el estudio de los problemas sintácticos
de los PL ha recibido menor atención, diversas
investigaciones han coincidido en señalar que obtienen puntuaciones menores
en tareas que evalúan los procesos sintácticos (Catts et al.,
2006; Cragg y Nation, 2006; Marshall y Nation, 2003; Nation, et al., 2004; Oakhill,
Cain y Bryant, 2003). Las dificultades de los PL son más notorias en
tareas de corrección de orden de palabras para la redacción adecuada
de frases y oraciones y se acentúan cuando la complejidad sintáctica
aumenta (Bentin, Deutsch y Liberman, 1990), en estas tareas las dificultades
también se han asociado a déficits en la memoria de trabajo (Nation
y Snowling, 2000; Oakhill, Hart y Samols, 2005).
Memoria de trabajo. A partir del experimento de la amplitud de la memoria
de trabajo de Daneman y Carpenter (1980), las investigaciones –en las
que se compara la actuación de normolectores y pobres lectores–,
han demostrado la correlación entre un déficit en la amplitud
de memoria y la habilidad de comprensión (Daneman y Carpenter, 1983;
De Beni, Palladino, Pazzaglia y Cornoldi, 1998). Los resultados de estos trabajos
han motivado la búsqueda de los mecanismos subyacentes que pudiesen explicar
las deficiencias de los PL.
Se ha señalado (Carretti, De Beni, Cornoldi y Romanò, 2005; De
Beni, Palladino, Pazzaglia y Cornoldi, 1998; Gernsbacher, 1990) como posible
explicación de los déficits en memoria de trabajo, la poca habilidad
que poseen los PL para inhibir la información irrelevante. También
se ha encontrado que los PL tienen dificultades en el
proceso de activación que permite una alta disponibilidad de la información
relevante (Gernsbacher, 1990) y en el proceso de actualización de la
información para reconocer si determinada información se ha presentado
con anterioridad (Palladino, Cornoldi, De Beni y Pazzaglia, 2001). Es decir
que los PL no muestran una adecuada coordinación de procesos críticos
de la memoria que hacen posible la comprensión de un texto, con lo que
la memoria de trabajo queda sobrecargada y sin recursos disponibles.
Fluidez lectora. Las dificultades en la fluidez de los adolescentes
PL se relacionan directamente con dificultades en la comprensión
de un texto. Específicamente se han identificado las siguientes limitantes:
dificultades en el reconocimiento automatizado de las palabras asociadas al
desconocimiento de vocabulario y no a dificultades en la descodificación
de las palabras (Dowhower, 1987; Rasinski et al., 2005; Tan y Nicholson, 1997);
falta de modulación de la velocidad a la que leen, los PL
tienden a leer a una velocidad muy rápida, incluso mayor que la de los
normolectores, descuidando así la prosodia y perdiendo comprensión;
también pueden leer con precisión, pero de forma muy lenta (Flores,
Otero, Lavallée y Otero, 2010; Fuchs, Fuchs, Hosp y Jenkins, 2001; Rasinski
y Samuels, 2011).
Como se aprecia de la revisión anterior, la investigación se ha
enfocado en procesos cognoscitivos básicos como: habilidades fonológicas,
memoria de trabajo o procesamiento sintáctico. Estas investigaciones
han identificado aspectos específicos que distinguen la problemática
de los PL; sin embargo, la mayoría de los estudios
se han enfocado sólo en algunos de los procesos, por lo que se considera
que un punto de partida importante es analizarlos de forma integral.
Otras investigaciones con estudiantes que hablan español (Jiménez,
Rodríguez, Guzmán y García, 2010; González, 2012;
Jiménez et al., 2013), sugieren que un déficit en procesos cognoscitivos
básicos subyace a la aparición de problemas específicos
en la lectura, por lo que se puede suponer una relación similar con los
PL. Otra situación que apunta en el mismo sentido
es que programas de apoyo orientados hacia otros procesos de la comprensión
(autorregulación, empleo estrategias de comprensión, elaboración
de inferencias, empleo de conocimientos previos, etc.) no obtienen los resultados
esperados como ocurre con lectores sin problemas (Flores, et al., 2010; Hock
et al., 2009; Flores, Jiménez y García, 2014), esta situación
puede atribuirse también a dificultades subyacentes en procesos cognoscitivos
básicos.
Considerando el contexto anterior, los objetivos de esta investigación
son: 1) Identificar el perfil de procesos cognoscitivos básicos de los
adolescentes PL en relación con sus pares normolectores,
y 2) Establecer, con independencia del grado escolar cursado, qué procesos
les distinguen de sus pares normolectores. Partimos del supuesto de que las
diferencias entre ambos grupos estarán asociadas a las dificultades en
comprensión de los PL.
II. Método
Participantes. Se empleó un muestreo por conveniencia de estudiantes que cursaban primero, segundo, tercero de secundaria o primero de bachillerato de escuelas públicas y privadas de una zona al sur de la ciudad de México. Se seleccionó una muestra de 111 que fueron ubicados en uno de dos grupos: normolectores (NL) y pobres lectores (PL), dependiendo de su desempeño en una tarea de comprensión lectora (módulo de procesamiento semántico del Sicole-R, más adelante se describe) (ver Tabla I). Los participantes presentaban un cociente intelectual dentro de la norma y no presentaban discapacidades auditivas o de lenguaje. La muestra fue extraída de una muestra de 800 alumnos que participaron en un estudio cuya finalidad fue establecer perfiles lectores en adolescentes mexicanos escolarizados, a los que se les evaluó con el mismo instrumento (Sicole-R).
Tabla I. Distribución
de la muestra por grado escolar y grupo lector
Para establecer que las diferencias
entre los dos grupos ocurrían con independencia del grado escolar cursado,
ambos fueron igualados en cuanto a número de hombres y mujeres, edad
y coeficiente intelectual, de esta manera se tiene para cada grupo: 1) número
de hombres (N=57) y mujeres (N=54) para cada grupo [(x2(1
N=111)=.787, ρ>.05]; 2) Promedio de edad en meses, PL
(M=168.54, DT=15.17) y NL (M=169.64,
DT=13.42), [F(1,109)=.16, ρ>.05)];
3) Coeficiente intelectual, PL (M=104.39,
DT= 9.6) y NL (M=107.05,
DT=9.46), [F(1,108)=2.12,
ρ>.05)].
Tipo de estudio y Diseño. Se trata de un estudio comparativo
transversal. Se utilizó un diseño ANOVA
factorial mixto con dos factores entre sujetos, grado y grupo. Este diseño
permite identificar los procesos en los que difieren ambos grupos de manera
estadísticamente significativa, no habiendo una interacción significativa
entre ambos factores.
a) Grupo con
dos niveles establecidos por la puntuación de los participantes en una
tarea de comprensión lectora del módulo de procesamiento semántico
de la batería de evaluación Sicole- R (ver sección de instrumentos).
Los participantes se consideraron como: pobres lectores (PL),
alumnos cuya puntuación se ubica en un percentil ≤ 25 y normolectores
(NL), alumnos ubicados entre el percentil >25 y el
percentil ≤ 75. Este criterio por percentiles es sencillo y resulta útil
para detectar necesidades dentro del contexto escolar, no está determinado
por ninguna teoría.
b) Grado con cuatro niveles que se refieren al grado cursado:
primero, segundo, tercero de secundaria y primero de bachillerato.
Como factor intrasujeto se consideraron los módulos de la batería
del Sicole-R conformados de distintas tareas, de manera que las variables dependientes
fueron el número de aciertos en las tareas.
Instrumentos. a) Prueba
de inteligencia, escala 2, forma A del Factor “g” de Cattell y Cattell
(1989) que permite evaluar la capacidad intelectual general, sin interferencias
verbales ni culturales; b) Batería Multimedia Sicole-R, (www.ocideidi.net)
desarrollada por el Grupo de investigación Dificultades de aprendizaje,
Psicolingüística y Nuevas Tecnologías en la Universidad de
la Laguna, en Tenerife, España. Tiene las siguientes características:
Mide procesos cognoscitivos básicos asociados a la lectura; se presenta
en un contexto multimedia que incorpora imágenes, sonidos, textos y video;
el usuario responde a las tareas mediante movimientos o pulsaciones del ratón
o por registro de voz; requiere equipo de cómputo Pentium III o superior
y el programa Java J2EE 1.4. Para su aplicación en el presente trabajo
se adaptó al español de México.
Diversos estudios muestran que el instrumento permite discriminar el perfil
de procesos cognoscitivos básicos vinculados a la lectura de lectores
con diferentes niveles de fluidez y comprensión (González, Jiménez,
Díaz y Rodríguez, 2011; Jiménez y García, 2012;
Jiménez, Rodríguez y Ramírez, 2009; Jiménez et al.,
2010). La confiabilidad del Sicole-R se estableció en un estudio (Jiménez
et al., 2013) realizado con una muestra de 5,000 estudiantes de primero de primaria
a primero de preparatoria en cinco países hispanoparlantes (España,
Guatemala, Chile, Ecuador y México).
A continuación se describen brevemente los módulos y sus respectivas
tareas y, en su caso, los respectivos coeficientes de fiabilidad Alfa de Cronbach
(a):
Módulo de procesamiento semántico, evalúa la comprensión
a través de la presentación de dos textos escritos, uno expositivo
de 135 palabras y otro narrativo de 197 palabras. Al terminar de leer cada uno
se retira el texto y el alumno contesta diez preguntas con tres opciones de
respuesta (α =.63). Las tareas de este módulo se emplearon para distinguir
entre los grupos PL y NL.
Módulo de percepción del habla, evalúa la capacidad
para discriminar consonantes en el contexto de pares mínimos de sílabas
teniendo en cuenta sus rasgos articulatorios. Consta de tres tareas que se califican
en conjunto: 1) contraste de sonoridad; 2) contraste de modo de articulación;
3) contraste de punto de articulación (α =.95).
Módulo de conciencia fonológica, evalúa la habilidad para
manipular los fonemas (sonidos) de las palabras habladas, está formado
por cuatro tareas que se califican individualmente: 1) aislar (α=.75); 2)
segmentar (α=.80); 3) omitir (α=.83); 4) síntesis (α=.86).
Procesamiento ortográfico, consiste en dos tipos de tareas que
se califican en conjunto: 1) discriminación de pseudohomófonos
donde se le pide al alumno que señale cuál es la palabra que está
correctamente escrita; 2) presentación de pares de palabras homófonas
concurrentemente a un dibujo y una pregunta acerca de la definición que
hace referencia a una de ellas (α=.56).
Módulo de procesamiento sintáctico, evalúa el
uso correcto de las reglas de sintaxis. Consiste en cinco tareas que se califican
individualmente: 1) Género y número, se debe elegir la palabra
que establece la concordancia (α=.78); 2) orden de palabras, se debe elegir
de entre una pareja de frases la que corresponde a un dibujo(α=.60); 3)
estructura gramatical, se debe elegir de entre dos frases la que corresponde
a un dibujo, su estructura es sujeto-verbo-objeto y están cambiados de
orden los papeles de sujeto y objeto(α=.73); 4) palabras funcionales se
debe elegir la palabra función que completa una frase correctamente (α=.77);
5) uso de signos de puntuación (punto, la coma, dos puntos y signos de
interrogación y admiración), se deben elegir de un menú
los signos y colocarlos en el lugar correcto de un texto que carece de signos
de puntuación (α=.86).
Módulo de memoria de trabajo verbal, evalúa la capacidad
de recordar, es una sola tarea con ítems que incrementan en complejidad.
Consiste en escuchar y completar un conjunto de frases a las que le falta la
palabra final. Después de decir la palabra de cada frase se deberán
recordar las palabras dichas en las frases anteriores en el mismo orden que
fueron presentadas.
El Sicole-R cuenta con un agente educativo que guía al usuario, explicando
instrucciones, ejemplificando y retroalimentando ensayos de práctica
de las tareas.
Procedimiento. La batería
Sicole-R y la prueba de inteligencia fueron aplicadas por ocho examinadores,
estudiantes de Psicología, que recibieron 20 horas de entrenamiento;
asimismo, contaron con los manuales de uso, instructivos de aplicación
y asesoría permanente.
Las aplicaciones se realizaron previa autorización de las autoridades
de la escuela, quienes contaron con el aval de los padres de familia y la aprobación
de los alumnos evaluados. Se realizaron en los espacios y horarios asignados
por las escuelas. La aplicación de la prueba de inteligencia fue colectiva
y la del Sicole-R fue individual y se realizó en un día distinto.
La aplicación del Sicole-R tomó en promedio dos sesiones que duraron
entre 35 y 50 minutos, dependiendo de la habilidad y edad del alumno. Se llevó
a cabo en un lugar que, en la medida de lo posible, estuviera libre de ruidos,
distractores e interrupciones. En todo momento el aplicador fue sensible a las
muestras de fatiga y ansiedad de los alumnos y procuró mantener su motivación.
Una explicación más detallada del procedimiento de aplicación
se puede consultar en Jiménez y García (2012).
III. Resultados
Primero se presenta un análisis descriptivo del perfil de los participantes
por grupo y grado escolar, posteriormente se presenta un ANOVA
para cada módulo del Sicole-R. Los puntajes promedio indican que el grupo
NL es superior al grupo PL en los
puntajes globales de las tareas de los módulos de: conciencia fonológica,
procesamiento ortográfico y procesamiento sintáctico; en los de
memoria de trabajo y percepción del habla las medias de ambos grupos
son muy parecidas (ver Tabla II).
Con el propósito de establecer si las diferencias entre los grupos eran
estadísticamente significativas e independientes del grado escolar cursado,
se realizó un análisis de varianza de medidas repetidas ANOVA.
Para la prueba de los efectos intrasujeto se consideró como medida repetidas
las tareas en cada módulo y como variables dependientes las puntuaciones
en cada tarea del módulo; como factores se consideraron grupo
y grado y la interacción entre ambos.
Tabla II. Medias y
desviaciones típicas por grupo lector
en las puntuaciones de cada módulo del Sicole-R
Cuando la esfericidad fue violada en el ANOVA se tomó la corrección de Greenhouse-Geisser para los módulos que tienen tres tareas o más, esta fue: en percepción del habla ε =.897; en conciencia fonológica, ε =.632; en procesamiento sintáctico ε =.715. En procesamiento ortográfico, que tiene dos tareas, se consideró una Lambda de Wilks=.730.
Tabla III. Valores
F de los módulos en los que el análisis entre sujetos
indicó diferencias significativas para grado
Con relación al grado escolar
cursado (ver Tabla III). Se encontraron efectos principales de grado en los
módulos de: conciencia fonológica [F(3,103)=3.074
ρ≤.05, η2 =.08], procesamiento ortográfico [F(3,103)=4.775;
ρ≤.01, η2=.122] y procesamiento sintáctico [F(3,103)=12.614,
ρ≤.001, η2=.269]. En los módulos de percepción
del habla y memoria de trabajo las diferencias fueron no significativas. En
general se observa que a mayor escolaridad mayores puntajes.
Las diferencias en grado se presentan con independencia de grupo en: conciencia
fonológica [F(3,103)=.755, ρ=.52, η2=.022];
procesamiento ortográfico [F(3,103)=.343, ρ=.79,
η2=.010]; procesamiento sintáctico [F(3,103)=.567,
ρ=.63, η2= .019]. Es decir que son específicas al
grado escolar cursado.
En cuanto al grupo lector, se encontraron efectos principales de grupo solo
para el módulo de procesamiento sintáctico [F(1,103)=43.570,
ρ≤.001, η2=.297]. El análisis, aplicando el ajuste
de Bonferroni (ρ<.001), muestra diferencias estadísticamente significativas
entre PL y NL en el puntaje global
de este módulo [(M=.82, DT=.10
y M=.71, DT=.15) (t(110)=-6.5,
ρ≤.001)]. Este efecto se presenta con independencia de grado [F(3,103)=.567,
ρ=.63, η2=.019]. En los módulos de memoria de trabajo,
percepción del habla, conciencia fonológica, y procesamiento ortográfico
las diferencias fueron no significativas.
IV. Discusión
El foco de este estudio fue identificar el perfil en los procesos cognoscitivos
básicos de los adolescentes pobres lectores y establecer, con independencia
del grado cursado, en qué procesos se distinguen de sus pares normolectores.
Esto último sólo fue el caso del procesamiento sintáctico,
no obstante, nos parece importante comentar sobre otros procesos cognoscitivos
que nos ayudan a comprender mejor la naturaleza de las dificultades específicas
de los adolescentes pobres lectores.
Los resultados indican que en conciencia fonológica el grupo de PL
es inferior, pero que esta diferencia no es estadísticamente significativa.
Este hecho es coincidente con otros estudios con el Sicole-R (García
et al., 2013; Flores et al., 2014) y con otras investigaciones (Cain y Oakhill,
2006; Catts, Adlof y Weismer, 2006; Nation, Snowling y Clarke, 2007) que han
dado la pauta para concluir que las dificultades de comprensión de los
PL no están asociadas con la decodificación
de palabras. Paradójicamente la ausencia de problemas evidentes al leer
puede dar lugar a que los problemas de lectura de los PL
pasen desapercibidos en la escuela.
Otro aspecto interesante por sus implicaciones educativas es el de la memoria
de trabajo, contrariamente a lo que han encontrado otros estudios con una metodología
similar (Daneman y Carpenter, 1983; De Beni, Palladino et al., 1988), en el
presente estudio los PL no difirieron de los NL.
Este hallazgo es consistente con otro estudio con adolescentes españoles
a los que se les aplicó el Sicole-R (González, 2012) y otro con
alumnos italianos entre 10 y 11 años (Borella, Carretti y Pelegrina,
2010) en el que se encontró que los PL no difirieron de los NL
en tareas que requieren inhibir información irrelevante para favorecer
el recuerdo de la relevante en un contexto con contenido semántico familiar.
Explicamos la ausencia de diferencias en la memoria de trabajo con base en el
estudio longitudinal de Siegel (1994) que muestra que en la adolescencia hay
un incremento en el desarrollo de la capacidad de almacenar información
a corto y largo plazo, y una mejoría en el uso de estrategias para almacenar
y recuperar información. Este hecho lleva a pensar que los adolescentes
PL cuentan con los recursos necesarios para resolver la
tarea de Sicole-R, lo que no se ha manifestado en poblaciones más jóvenes
(Jiménez et al., 2009). La familiaridad con el contexto también
pudo influir, las palabras a recordar en el Sicole-R son dichas como parte de
un contenido semántico familiar (por ejemplo: un hombre es grande, un
bebé es…) lo que puede facilitar el recuerdo. Sin embargo, cuando
la tarea de memorización es más compleja el escenario puede cambiar
pues los PL tienden a usar estrategias menos efectivas
(por ejemplo, memorizar repitiendo aunque no se entienda el significado) mientras
que los lectores más aventajados emplean estrategias de memorización
que parten de la comprensión.
En cuanto al procesamiento ortográfico los resultados de los PL
son ligeramente inferiores, lo que sugiere algunas dificultades en el nivel
de reconocimiento automático de la palabra que pueden implicar dificultades
para hacer una lectura fluida y sin esfuerzo, asociada al desconocimiento de
vocabulario (Catts et al., 2006; Ehri, 2005). Esta situación se relaciona
con que algunos PL leen de forma precisa pero despacio,
especialmente aquellos textos con vocabulario novedoso (Flores et al., 2010).
A diferencia de otras aplicaciones del Sicole-R en poblaciones más jóvenes
(Ortiz et al., 2008; Jiménez et al., 2009), los resultados en percepción
del habla indican que los adolescentes PL no difieren
de los NL en su habilidad para discriminar auditivamente
los sonidos del habla. El estudio de Ortiz et al. (2008) muestra un desarrollo
constante en la percepción del habla en lectores con y sin dificultades,
lo que puede explicar que al llegar a la adolescencia ambos grupos tengan una
ejecución similar.
Los PL difieren de manera estadísticamente significativa
de los NL, con independencia del grado escolar cursado,
en las tareas de procesamiento sintáctico lo que concuerda con algunas
de las investigaciones ya citadas en este trabajo. Al respecto, es importante
reflexionar sobre el hecho de que la sintaxis de las tareas del Sicole-R es
relativamente más sencilla que la de los textos que un alumno de secundaria
debe leer, por lo que es predecible que al aumentar la complejidad sintáctica
se tengan mayores dificultades para la comprensión (Cain, 2007; Gernsbacher,
1990; Jiménez et al., 2004; Leikin y Bouskila, 2004; Mokhtari y Thompson,
2006; Taylor, Greenberg, Laures-Gore y Wise, 2012 ).
Los estudios muestran diferentes panoramas sobre la relación entre el
déficit en procesamiento sintáctico y otros procesos cognoscitivos
básicos, en otras aplicaciones del Sicole-R, en poblaciones más
jóvenes este déficit ha estado asociado con otro en el procesamiento
ortográfico (Jiménez, Rodríguez, Guzmán y García,
2010); sin embargo, este efecto no se identificó en la población
adolescente estudiada, tampoco se identificó una relación con
la conciencia fonológica y memoria de trabajo, como en otras investigaciones
(Cain, 2007; Nation y Snowling, 2000; Rodrigo et al., 2004; Sankweiler et al.,
1995).
Otros hallazgos con lectores con dificultades sugieren que este déficit
puede estar más bien asociado con habilidades lectoras vinculadas más
directamente al conocimiento de las reglas gramaticales y a la capacidad para
derivar el significado gramatical de las palabras, lo que influye en la comprensión
lectora. Leikin y Bouskila (2004) encontraron que la complejidad sintáctica
tiene una relación directa con la comprensión de estructuras gramaticales,
lo que incide en la comprensión del significado de oraciones; Cain (2007)
encontró que la relación entre conciencia sintáctica y
comprensión está mediada por el conocimiento gramatical; Mokhtari
y Thompson (2006) identificaron que niveles bajos de conciencia sintáctica
se correlacionan con niveles bajos de fluidez y comprensión lectora.
Hagtvet (2003) identificó una relación entre la capacidad de identificar
relaciones anafóricas (identificar un elemento del texto remitiéndose
a otro) y la comprensión lectora.
La evidencia anterior apunta a que las dificultades en procesamiento sintáctico,
que limitan comprender el significado de frases y oraciones, así como
dar seguimiento a la cohesión del texto, se asocien con otras dificultades
que se han identificado en los PL como son: identificar
el tema específico de cada párrafo, o establecer un orden en las
ideas (Brown, Day y Jones,1983; Sánchez, 1988), supervisar el propio
proceso de comprensión (Flores et al., 2010; Sánchez, 1998; INEE,
2012), detectar incoherencias semánticas y elaborar inferencias (Oakhill,
Yuill y Parkin, 1986).
También hay investigaciones que apuntan a la relación entre las
dificultades en procesamiento sintáctico y las de vocabulario, Taylor
et al. (2012) identificaron una correlación positiva entre procesamiento
sintáctico y el vocabulario expresivo y receptivo, ambos se relacionan
con los resultados en tareas de comprensión. Cain (2007) identificó
que el vocabulario guarda una fuerte relación con tareas de corrección
gramatical y señala la importancia del conocimiento del significado gramatical
de las palabras.
La relación entre los déficits en vocabulario y procesamiento
sintáctico parece ir en dos sentidos. Diversos estudios muestran (Cain,
Oakhill, y Lemmon, 2004; Cain, Oakhill y Elbro, 2003) que los PL
tienen dificultades para derivar el significado de una palabra a partir del
contexto de la oración, este puede ser el caso de las palabras funcionales
(artículos, preposiciones, conjunciones y pronombres) o de los verbos
auxiliares, cuyo significado es derivado a partir del contexto semántico.
De la misma forma, la dificultad para reconocer y expresar relaciones entre
palabras también contribuye a las limitaciones en vocabulario de los
PL.
Sin embargo, es importante tener cautela en cómo se interpreten las asociaciones
entre procesamiento sintáctico y otras variables relacionadas a la lectura,
como son el vocabulario, la elaboración de inferencias o la extracción
de significados, no contamos con evidencia para afirmar que una es causa de
las otras. Nos parece que para clarificar la naturaleza de estas relaciones
se necesita de más investigación, lo que es evidente es que en
la base de los problemas de lectura está un entramado de déficits
que se asocian a los de procesamiento sintáctico (Hagtvet, 2003).
Se ha mostrado que una vez que se adquieren las estructuras gramaticales en
la infancia parece haber un proceso de aprendizaje para usarlas con eficiencia
al expresar ideas y pensamientos que se extiende a lo largo de la vida (Nippold
et al., 2005, citados en Taylor et al., 2012); de hecho, en el presente estudio
se encontró que hay una relación positiva entre el grado cursado
y puntaje obtenido en el módulo de procesamiento sintáctico. En
virtud de lo anterior, es pertinente pensar que el déficit en procesamiento
sintáctico está asociado a experiencias limitadas con la lectura
(Stanovich, 1986).
Cabe considerar la asociación de las dificultades en procesamiento sintáctico
de los adolescentes PL con limitadas oportunidades educativas
en el contexto social, familiar y escolar. Se ha encontrado en aplicaciones
del Sicole-R (Jiménez et al., 2009) que los alumnos con dislexia superficial
(que si bien muestran un déficit en tareas fonológicas su deficiencia
principal es que emplean más tiempo al leer palabras y tienen dificultades
en procesamiento ortográfico) son los menos expuestos en su hogar a experiencias
con el lenguaje impreso y sus madres muestran el menor nivel educativo. En concordancia
con este hecho, el INEE (2012) identifica una relación
directa entre el desempeño lector y los recursos educativos en el hogar,
el estatus económico, social y cultural. Si consideramos que el desarrollo
del procesamiento sintáctico se extiende desde la niñez hasta
la adultez, es plausible considerar que dicha ausencia de oportunidades tenga
un efecto negativo. Futuros trabajos deberán explorar esta relación
en el caso de los adolescentes PL, especialmente explorando
cómo apoya la escuela el empleo de los recursos sintácticos en
la lectura, es posible que éste sea un aspecto que en la secundaria queda
en segundo plano.
La presente investigación tiene la restricción de haberse realizado
con una población pequeña, en una población urbana y en
un número limitado de escuelas públicas y privadas, por lo que
deberá considerarse la generalización de sus hallazgos con cautela.
No obstante, los resultados abonan a la comprensión de este grupo de
lectores.
Los resultados obtenidos resaltan la importancia de considerar la identificación
oportuna de los procesos cognoscitivos básicos que subyacen a la manifestación
de dificultades específicas en la comprensión en los adolescentes
PL. Este grupo constituye un grupo heterogéneo
de lectores con diversas experiencias con la lectura, por lo que los apoyos
que se les proporcionen deberán considerar los diferentes procesos así
como variables sociales y afectivas que motiven la lectura.
La identificación del perfil lector de los adolescentes PL
permitirá atenderles en forma integral, intensiva, pero también
situada en actividades lectoras que sean relevantes tanto dentro como fuera
de la escuela. Muchas veces, en ausencia de otros problemas como un bajo coeficiente
intelectual, problemas de dislexia, problemas evidentes en el lenguaje u otra
problemática, las dificultades de los pobres lectores pasan desapercibidas.
En ausencia de apoyos, estos adolescentes están en riesgo de reprobación
e incluso de deserción escolar.
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Cómo citar: Flores, R., Jiménez,
J. E. y García, E. (2015). Adolescentes pobres lectores: evaluación
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Educativa, 17(2), 34-47. Recuperado de http://redie.uabc.mx/vol17no2/contenido-floresjimg.html