Revista Electrónica de Investigación Educativa
Vol. 10, Núm. 2, 2008
Perfil psicosocial y uso de las tecnologías de la
información y la comunicación de alumnos con
promedios académicos altos y mínimos de la
modalidad educativa presencial en un
contexto mexicano
Catalina María Rodríguez Pichardo
(1)
cmrodrig@itesm.mx
Alfonso Ávila Ortega
(2)
aavila@itesm.mx
Mario Alberto González Medina
(3)
algonzalez@udem.edu.mx
Yolanda Heredia Escorza
(1)
yheredia@itesm.mx
1
Escuela Graduados en Educación
Universidad Virtual del
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
Eugenio Garza Sada 2501 EGE,
Semisótano, 64849
Monterrey, Nuevo León, México
2
Departamento de Ingeniería Eléctrica
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
Eugenio Garza Sada 2501, EGE,
Semisótano 1, 64849
Monterrey, Nuevo León, México
3
Departamento de Física y Matemáticas
Universidad de Monterrey
I. Morones Prieto 4500 Pte., Col. Jesús M. Garza, 66238
San Pedro Garza García, Nuevo León, México
(Recibido: 20 de diciembre de 2006; aceptado para su publicación: 15 de julio de 2008)
El objetivo de esta investigación fue describir el perfil psicosocial y de uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) de estudiantes universitarios, de la modalidad educativa presencial. El diseño de investigación fue no experimental transeccional descriptivo. Los instrumentos utilizados fueron el Cuestionario Perfil Integral del Estudiante y el Perfil-Inventario de Personalidad de Gordon para una muestra de 469 estudiantes mexicanos del nivel universitario. Los resultados muestran que hay una diferencia estadística significativa, a favor de los alumnos encuestados con promedio académico alto, de acuerdo con el valor p (0.000; 0.025; 0.004, 0.000) obtenido en los análisis de varianza (ANOVA) para las áreas cognoscitiva, emocional, uso de las TIC y autoestima. Palabras clave: Perfil psicosocial, desempeño académico, educación presencial, tecnologías de la información y la comunicación.
Jimerson, Ferguson, Whipple, Anderson y Dalton (2002) expusieron la necesidad de profundizar en las investigaciones relacionadas con el tema de éxito académico, ya que tradicionalmente se le asociaba con habilidades intelectuales y destrezas numéricas, espaciales o verbales. En su estudio longitudinal, exploraron la asociación de aspectos socio-emocionales y conductuales con las calificaciones y retención, y encontraron que el éxito escolar se relaciona con habilidades intelectuales y psicológicas. Por su parte, Ting y Robinson (1998) confirmaron que la combinación de habilidades intelectuales con habilidades psicológicas es más efectiva para predecir el éxito académico, que considerar sólo una de las variables, ya sea la cognitiva o la psicológica o los puntajes obtenidos en el nivel educativo previo. Estos autores concluyeron que el fenómeno de desempeño escolar es una cuestión multifactorial. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) (1998), durante la declaración mundial en París, presentó una serie de necesidades, producto de la era actual, que proporcionan pautas para la consolidación de la educación apoyada en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Un ejemplo es la necesidad de impartir y adquirir educación a través de una multitud de medios y de personas provenientes también de múltiples lugares. De aquí que el uso de la tecnología educativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje sea fundamental en la preparación del alumno para el mundo globalizado en el que se desempeña y en la era del conocimiento en que vive. Estas nuevas demandas señalan que la educación debe estar asociada a la tecnología, en favor del aprendizaje y del logro académico. Como consecuencia, contribuye al cuestionamiento sobre la coherencia entre la integración del alumno a la sociedad del conocimiento con su realidad escolar al tiempo que realiza sus estudios profesionales. De acuerdo con lo anterior, surge la pregunta ¿cómo se manifiestan las variables psicosociales y uso de las TIC, en los alumnos de licenciatura que se desempeñan en una modalidad de educación presencial? A partir de ella se elaboró el objetivo general de esta investigación: describir el perfil psicosocial y de uso de las TIC de estudiantes universitarios de la modalidad educativa presencial. Para la comprensión y análisis, del problema de estudio, se desglosó cada uno de los componentes psicosociales que lo conforman. En primera instancia, perfil es la representación escrita de los resultados de un análisis, de acuerdo con Bruno (1997); perfil para este estudio, es el conjunto de rasgos psicológicos de un individuo o interrelación de componentes que conforman aspectos de la personalidad. Esta investigación pretende identificar la línea que siguen los alumnos para obtener promedios académicos altos y mínimos, así como representar, a través de un análisis de resultados descriptivos, las características que conforman el perfil psicosocial del alumno exitoso. El perfil psicosocial del individuo está conformado por los constructos: a) cognoscitivos, como conocimiento y uso de estrategias de aprendizaje, pensamiento estratégico, atribución personal del éxito y autorregulación; b) sociales, como liderazgo, adaptación cultural, atmósfera de aprendizaje, sentido de pertenencia y red de apoyo; c) emocionales, como auto motivación, autoestima, perseverancia, asertividad y manejo emocional y de personalidad. Los constructos que conforman el uso de las TIC son: a) accesibilidad y uso de equipo tecnológico; b) manejo de software; c) uso de aplicaciones de Internet y de la tecnología en el aprendizaje; y d) la actitud positiva hacia la tecnología. A continuación se enlistan los objetivos específicos de la investigación, derivados del objetivo general:
La presente investigación utilizó un diseño no experimental transeccional descriptivo. De acuerdo con Hernández, Fernández y Baptista (2003), en este tipo de diseño no hay manipulación intencional porque se trata de investigar los fenómenos tal como se presentan en su ambiente natural, y los sujetos pertenecen, de antemano, a un grupo determinado de la variable independiente por auto selección. Este diseño permitió conocer el perfil que conforma al estudiante exitoso, considerar las habilidades intelectuales y medir las variables psicosociales y del uso de las TIC, a través del llenado de los instrumentos: Cuestionario Perfil Integral del Estudiante (CPIE) (ver anexo 1) y Perfil e Inventario de Personalidad de Gordon (P-IPG). La población pertenecía a una institución privada de educación superior mexicana, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Monterrey, que ofrecía 35 carreras profesionales (Elizondo, 2003). Para el semestre enero-mayo 2004, el campus Monterrey contaba con 15,636 alumnos inscritos en el nivel profesional (ITESM, 2004). En el aspecto socioeconómico, los alumnos pertenecían al estrato de clase alta y media de acuerdo a la clasificación del Instituto Nacional de Estudios Políticos (Martínez y Salcedo, 1999); también había alumnos becados, pertenecientes a la clase social media. El proceso de enseñanza-aprendizaje corresponde a la modalidad educativa presencial, donde el alumno asiste a un salón de clases y el maestro imparte sus conocimientos, a partir de un diseño curricular. Ciertas actividades de aprendizaje se apoyan en el uso de tecnología, como el sistema de administración de contenidos llamado Blackboard, una plataforma tecnológica que favorece a la interacción entre profesores y alumnos, facilita el seguimiento y la respuesta oportuna a las necesidades de profesores y alumnos y fomenta la cultura de la información y la comunicación a través de redes tecnológicas. (Martín, 2002). La población fue identificada por el departamento de escolar del ITESM, campus Monterrey. Se seleccionó un primer grupo de 2,496 estudiantes, quienes obtuvieron un puntaje mayor al estipulado en la prueba de admisión a la institución, donde se miden habilidades en las áreas de matemáticas y verbal. Estos alumnos tenían un promedio acumulado de 85 o más en su carrera, cursaban del segundo semestre en adelante, contaban con una dirección de correo electrónico y no estaban becados; los estudiantes becados participaron en la prueba piloto. En el segundo grupo del ITESM campus Monterrey, se identificó a 2,964 alumnos que tenían un promedio acumulado de 70 a 80, cursaban el segundo semestre u otro más adelante y contaban con una dirección de correo electrónico. El muestreo utilizado fue el de conjuntos, y la muestra se compuso por 562 alumnos, 219 de los cuales tenían promedio académico alto y 250 tenían promedio académico mínimo. El estudio se basó en los criterios de ética sugeridos por la American Psychological Association (APA) (1992) y el Committee for the Protection of Human Participants in Research (1982). El seguimiento de estos criterios implica la aprobación de la institución educativa para llevar a cabo la investigación, respetar la dignidad e integridad de los participantes, respetar el derecho a la privacidad, no interferir en la vida personal o en el ambiente del participante, y ofrecer a los participantes información pertinente acerca de la investigación y los resultados o las conclusiones. Para llevar a cabo esta investigación, se utilizaron dos instrumentos: uno diseñado por los autores, el Cuestionario Perfil Integral del Estudiante (CPIE), y el Perfil Inventario de Personalidad de Gordon (P-IPG), diseñado por Martínez, Romero y Trejo (1994). Se realizaron dos pruebas piloto para validar el instrumento CPIE, donde participaron 1,120 alumnos. Se hizo una prueba de validez concurrente con el P-IPG. La confiabilidad del instrumento CPIE, se midió con el alfa de Cronbach (cálculo del coeficiente de fiabilidad o de consistencia interna). El coeficiente de Cronbach es un valor el cual nos indica la confiabilidad de una encuesta. La confiabilidad se refiere a la confianza que se concede a los datos, la cual está relacionada con la estabilidad o constancia, con la coherencia o consistencia interna y la precisión de las medidas que se obtienen con el instrumento. Con respecto a la validez, ésta se refiere al grado en que el instrumento mide lo que en realidad se quiere medir. Los aspectos cognoscitivos, sociales, emocionales y uso de las TIC, con el CPIE; mientras el P-IPG se correlacionó con los test School College Ability Test, Employee Aptitude Survey, Navy Test Battery, 16 PF, Inventario del Temperamento de Guilford-Zimmerman, Inventario de Rasgos de Temperamentales de Thurstone y el Adult Opinión Survey y el Cuestionario de Personalidad de Pinillos. El P-IPG mide nueve rasgos de la personalidad: Los dos instrumentos se aplicaron vía electrónica, para facilitar la disponibilidad y confidencialidad de los datos.
Respecto a la validez, se cuidaron la interna y la externa. Para conservar la validez interna del estudio, se evitaron las amenazas señaladas por Campbell y Stanley (1966): historia, maduración, instrumentación, regresión estadística, elección de los grupos previamente formados y mortalidad. Cabe señalar que a través de la anuencia para participar en la investigación, se logró un compromiso por parte de los alumnos. Para conservar la validez externa, se tomaron en cuenta las seis amenazas sugeridas por Bracht y Glass (1968): interacción con la selección, interferencia con tratamiento múltiple, Interacción con el tratamiento, especificidad de las variables, efecto del experimentador y manera reactiva.
Para describir las poblaciones de alumnos con promedios tanto mínimos como máximos, se utilizó el procedimiento estadístico prueba de homogeneidad de varianzas y se determinó que, a excepción de la autoestima, las varianzas poblacionales son iguales. Por lo tanto, se realizó un análisis de la varianza (ANOVA) para las variables que presentan homogeneidad en varianzas; la prueba no paramétrica Kruskal Wallis se utilizó para la autoestima ya que no presentó igualdad en las varianzas poblacionales.
Los resultados sociodemográfico de esta investigación indican lo siguiente para el caso de los alumnos con promedio académico alto: Para el caso de los alumnos con promedio académico mínimo, los resultados son: El resultado del alfa de Cronbach fue de 0.8696 (el mínimo necesario es de 0.70 para indicar que la encuesta sea confiable). A continuación, se presentan una serie de tablas que muestran los resultados del análisis descriptivo de los estudiantes encuestados con promedios académicos altos y mínimos. La Tabla I indica número de participantes, media y desviación estándar en las áreas cognoscitiva, social, emocional y uso de las TIC. Tabla I. Análisis descriptivo área psicosocial y TIC Acorde con los resultados de las medias mostradas en la Tabla I, se aprecia que los alumnos encuestados con promedio académico alto tienen una mejor autoevaluación en el uso de las TIC, seguido de lo social, cognoscitivo y por último, lo emocional. En el caso de los alumnos con promedio académico mínimo, se autoevalúan mejor en el área uso de las TIC, seguido del aspecto social, emocional y cognoscitivo. La Tabla II muestra un análisis descriptivo de los estudiantes encuestados con promedio académico alto y mínimo, respecto al número de participantes, media y desviación estándar en el área de personalidad. Tabla II. Análisis percentil de personalidad de estudiantes con promedio académico alto y mínimo En la Tabla II se puede apreciar que los alumnos encuestados con promedio académico alto, presentan percentiles más elevados en los aspectos ascendencia, responsabilidad, sociabilidad, autoestima y relaciones personales que los alumnos encuestados con promedio académico mínimo. En la Tabla III se presentan los resultados del ANOVA, en el área psicosocial y uso de las TIC. Tabla III. Análisis de varianza ANOVA para el área psicosocial La Tabla III muestra la presencia de una diferencia estadística significativa entre los alumnos con promedio académico alto y mínimo, en los aspectos cognoscitivo, emocional y uso de las TIC. A continuación se presentan los resultados del análisis de varianza de la prueba no paramétrica Kruskal Wallis para la autoestima, ya que como se mencionó, resultó no ser homogénea. Tabla IV. Autoestima para los estudiantes del ITESM La Tabla IV indica que hay una diferencia estadística significativa a favor de los alumnos con promedio académico alto, en el área de autoestima, con respecto a los estudiantes encuestados con promedio académico mínimo. Otros resultados psicosociales y uso de las TIC resaltan las diferencias en las áreas de los constructos que resultaron mejor y peor evaluadas. En el área cognoscitiva, el aspecto mejor autoevaluado fue la autorregulación y el peor, fue el uso de las estrategias de aprendizaje. En el área social, el aspecto mejor autoevaluado fue contar con una red de apoyo cuando se necesita y el peor, el liderazgo. En el área emocional, el aspecto mejor autoevaluado fue la autoestima y el peor, la asertividad. En el área uso de la tecnología, el aspecto mejor autoevaluado fue el acceso a la tecnología y el peor, su uso para aprender. Por último, en el área de la personalidad, obtuvieron el mismo puntaje de evaluación los alumnos con promedio académico alto y mínimo en los aspectos cautela, originalidad, relaciones personales y vigor. El mejor evaluado fue la ascendencia. Se realizó además, la prueba de independencia, para determinar si hay alguna dependencia entre desempeño académico y área psicosocial. La tabla V muestra la presencia de relación entre estos aspectos. Tabla V. Prueba de independencia entre desempeño académico y área psicosocial La Tabla VI muestra el área fuerte de los alumnos encuestados con promedio académico alto; esto se refiere al porcentaje más elevado obtenido del CPIE en los cuatro aspectos psicosociales señalados por los alumnos participantes. Tabla VI. Contingencia de estudiantes con promedio académico alto De acuerdo con la Tabla VI, las áreas fuertes de los alumnos con promedio académico alto son, primeramente lo cognoscitivo, seguido de lo emocional, lo social y por último, el uso de las TIC.
Hay aspectos en los que difieren los alumnos con promedio académico alto de los de promedio académico mínimo: En ellos, los alumnos con promedio académico mínimo, obtuvieron porcentajes menores. Los estudiantes con promedio académico alto, demostraron tener mejor auto evaluación en las áreas cognoscitiva, social y emocional. En el área de personalidad, el percentil de los aspectos ascendencia, responsabilidad, sociabilidad y autoestima, son más elevados en los alumnos encuestados con promedio académico alto. En cuanto a la pregunta inicial de investigación ¿Existen diferencias significativas entre los índices de las variables psicosociales y uso de las TIC, por parte de los estudiantes del nivel profesional con promedios académicos altos y mínimos, que se desempeñan en una modalidad presencial?, los resultados obtenidos muestran una diferencia estadística significativa, de acuerdo con los valores p (0.000; 0.025; 0.004), obtenidos en la ANOVA para las áreas cognoscitiva, emocional y uso de las TIC, a favor de los alumnos encuestados con promedio académico alto. Estos alumnos obtuvieron puntajes más elevados en el CPIE, en las escalas cognoscitiva, emocional y uso de las TIC, en comparación con los de promedio académico mínimo. Los resultados coinciden con las investigaciones realizadas por Ting y Robinson (1998); Jimerson, Ferguson, Whipple, Anderson y Dalton (2002); Dimmitt (2003); y Noble y Sawyer (2004), quienes afirman que el desempeño académico está asociado con aspectos psicosociales. Adicional a esto, se encontró una diferencia estadística significativa, de acuerdo con el valor p (0.000), obtenido en la ANOVA para el aspecto de autoestima a favor de los alumnos encuestados con promedio académico alto. Este hallazgo coincide con Leondari, Syngollitou y Kiosseoglou (1998), quienes comprobaron que los alumnos que se imaginaban y se visualizaban como personas exitosas en el futuro, lograban mejor desempeño académico. Por otro lado, pertenecer a algún tipo de área psicosocial es dependiente del desempeño académico. Acorde al valor p (0.006) obtenido en la ANOVA, se puede afirmar que hay una relación entre los aspectos psicosociales y el desempeño académico. En el caso de los alumnos encuestados con promedio académico alto, el aspecto cognoscitivo es el más fuerte y hay una tendencia en el aspecto emocional para ser una fortaleza. Estos resultados coinciden con los encontrados por Strage et al. (2002), quienes al compilar los perfiles de estudiantes exitosos y no exitosos en términos de calificación, encontraron una asociación entre desempeño académico, número de horas que los estudiantes empleaban para estudiar, manejo del tiempo, búsqueda de un desafío escolar, pensamiento estratégico enfocado hacia la meta y auto dirección del aprendizaje. Como producto de la presente investigación, hay ciertas áreas en las que sería enriquecedor profundizar, por ejemplo, en las variables relacionadas con la fortaleza de cada población, en la descripción del perfil psicosocial y del uso de las TIC del alumno exitoso desde la perspectiva de directivos, maestros y padres de familia o en la implementación de un diplomado sobre desarrollo de competencias psicosociales y uso de las TIC, con base en el conocimiento generado sobre los perfiles en esta investigación, y evaluar el impacto del mismo en el desempeño académico. Las contribuciones, producto de esta investigación, se relacionan con el análisis multifactorial del desempeño académico en la modalidad educativa presencial en un contexto mexicano, y los resultados dan pautas para la reflexión tanto a los alumnos como a las instituciones para establecer nuevas estrategias relacionadas con el desempeño escolar.
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Para citar este artículo, le recomendamos el siguiente formato:
Rodríguez, C. M., Ávila, A., González, M. y Heredia, Y. (2008). Perfil psicosocial y uso de las Tecnologías del Información y la Comunicación de alumnos con promedios académicos altos y mínimos de la modalidad educativa presencial en un contexto mexicano. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 10 (2). Consultado el día de mes de año en: http://redie.uabc.mx/vol10no2/contenido-rodriguezavila.html