Revista Electrónica de Investigación Educativa
Vol. 19, Núm. 1, 2016
Calidad educativa: concepciones y debate
Bianchetti, A. F. (*) abianchettis@docente.uss.cl
* Universidad San Sebastián
Cómo citar: Bianchetti, A. F. (2017). Calidad educativa: concepciones y debate. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 19(1), 1-3. Recuperado de http://redie.uabc.mx/redie/article/view/1502
Obra reseñada:
Yanes, J. (2015). Complejidad y calidad de la educación. Chile: Ril. 212 pp.
La calidad de los sistemas educativos es un tema que en los últimos años ha sido recurrente en países tanto de América Latina como del resto del mundo. Aun cuando “calidad” es un concepto que denota relatividad en su definición, no deja de ser un elemento central en el debate académico y público, principalmente cuando se desea argumentar el sentido de ciertas acciones, planes o programas que se han entendido como “recomendables” y se quieren implementar en el contexto escolar. Es en este escenario donde “calidad”, con toda su diversidad semántica, asume un lugar central en la discusión.
Es interesante constatar que la calidad en la educación es caracterizada por los distintos actores principalmente por los fines o las consecuencias positivas que conlleva, pero no por aquello que le da origen, por eso resulta interesante cuando se analizan las bases epistemológicas que definen la calidad en la educación y los argumentos que se esgrimen para señalar que son unas bases y no otras las que permiten generar procesos educativos de calidad en las sociedades actuales. Es en este sentido en el que centra gran parte de su ensayo Jaime Yanes.
Complejidad y calidad de la educación está estructurado en cuatro capítulos, relacionados por la epistemología del pensamiento complejo, esta última se concibe como el fundamento que permitiría alcanzar procesos educativos de calidad en las sociedades de la época global.
El primer capítulo (Algunas características de la época actual) analiza el fenómeno de la globalización en el mundo contemporáneo, señalando sus principales características y las consecuencias que tiene para la vida cotidiana. La información es precisa, clara y bien argumentada, aun cuando no es nueva constituye una buena síntesis de conocimientos aportados con anterioridad en el debate académico. La preeminencia de lo global, la homogenización cultural a escala planetaria y la necesidad del fortalecimiento de las identidades locales son las ideas principales en el desarrollo de este capítulo, una contextualización pertinente que sitúa al lector.
El segundo capítulo (El estado actual de las concepciones sobre complejidad y calidad de la educación)constituye un interesante aporte al debate. Al igual que en el primer capítulo, se aprecia una sistematización rigurosa de la información por parte del autor; pero en este apartado están presentes sus reflexiones y críticas, centrando el análisis en el concepto de “calidad” desde la complejidad. Las ideas principales del capítulo pueden resumirse, por una parte, en la falta de una definición concreta y específica del concepto de calidad que Yanes observa en distintos actores sociales involucrados en el debate educativo y, por otra parte, en cómo se entiende desde la corriente del pensamiento complejo la calidad, es decir, como sinónimo de construir los procesos educativos sobre los fundamentos del pensamiento complejo.
En el tercer apartado (Pensamiento Complejo) el autor realiza una exhaustiva exposición del concepto y de la relación que éste tiene con la educación. El pensamiento complejo se presenta como el inicio fundamental y único de cualquier proceso educativo que se desee considerar de calidad. En este sentido, Yanes señala que “las transformaciones en la educación deben tener la dirección de enseñar, contextualizar, globalizar, multidimensionar, es decir, saber ser complejos en el pensar” (p. 99).
El pensamiento complejo propone una comprensión distinta del mundo. De conceptualizar los fenómenos de manera aislada a una forma contextualizada, donde las interacciones son constantes y dan sentido completo al fenómeno que se analiza. Es por ello que Yanes recuerda las ideas de Edgar Morín que dan cuenta de aquello: “Morín nos propone en la educación cambiar nuestra visión de mundos de ‘objetos por el de mundo de ‘redes’ de relaciones” (p. 101), nociones fundamentales en la definición del pensamiento complejo. En el desarrollo de este capítulo el lector puede construir una idea de que el método complejo es incierto; un descubrir constante diferente al camino recorrido por el método de Descartes, donde la certeza y la estabilidad se asumen como condición básica del proceso de investigar. Al igual que en los capítulos anteriores, las ideas se presentan de un modo claro y bien argumentado, insistiendo el autor en la necesidad del cambio epistemológico tanto en la construcción del conocimiento como en el abordaje de los problemas globales del mundo actual: “La exigencia es crear una nueva forma de pensar, en especial en el sistema educacional planetario, en relación a nuestro mundo, con una epistemología distinta que favorezca entregar una nueva dimensión de la vida” (p.112).
Un elemento importante a considerar en el desarrollo del tercer capítulo está vinculado al rol central que se atribuye a la transdiciplinariedad con relación al desarrollo del pensamiento complejo y, por tanto, a la configuración de una nueva racionalidad en torno al conocimiento. Yanes considera los aportes de Nicolescu para dar cuenta de las posibilidades que conlleva el ejercicio de la transdisciplinariedad en cuanto a acceder a la realidad de manera próxima al pensamiento complejo y de esta manera poner en práctica esta perspectiva epistemológica.
El cuarto y último capítulo (Una propuesta epistemológica compleja desde la nueva ciencia) hace continuas referencias a los postulados de la mecánica cuántica para explicar el momento y la situación actual en que se desenvuelve el pensamiento humano. El relativismo de la física cuántica y su paradigma basado en probabilidades son expresados por el autor como características vinculadas al desarrollo del pensamiento complejo, cuyo enfoque es coherente con tales atributos. Existe una vinculación importante con áreas del conocimiento distintas a la Filosofía, como lo es la Física y la Biología, y múltiples ejemplos que apoyan la argumentación del autor en el sentido de que la base de la dinámica del pensamiento establecida en la complejidad es lo que permite un acercamiento más completo hacia la comprensión de los fenómenos que se presentan en la realidad. Se exponen también parte de los postulados de los biólogos Humberto Maturana y Francisco Varela, desde los que se apoyan las ideas de la relatividad y el subjetivismo en la generación del conocimiento.
El libro concluye con un completo glosario de los conceptos expuestos en su desarrollo, cuya utilidad puede ser importante no sólo para lectores noveles sino también para especialistas que deseen contraponer sus propias concepciones con las que expresa el autor.
Complejidad y Calidad de la educación contiene una propuesta teórica de cambio mayor en las dinámicas occidentales del pensamiento con una orientación hacia la calidad educativa. Una propuesta que de ponerse en práctica podría revolucionar la historia del pensamiento, como muchas veces ha ocurrido en la historia de la humanidad en momentos de crisis y sombras.